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Biblia

Salmo 91 explicado versículo por versículo

Mi refugio, mi escondite, mi Dios. En Ti confío. Palabras del hermoso Salmo 91. Descubre el Salmo 91 explicado versículo por versículo

El Salmo 91 en la Biblia ha sido un punto de apoyo para muchos a lo largo de los siglos en tiempos de necesidad. Porque el Salmo 91 siempre apunta a Aquel que nos sostiene en los momentos difíciles: Dios.

El Salmo 91 explicado

El Salmo 91 es una expresión poética de confianza y protección divina. A lo largo de sus 16 versículos, se destacan temas como el refugio en Dios y la seguridad bajo su amparo. A continuación, exploraremos cada versículo para comprender su significado y aplicación en nuestra vida cotidiana.

Versículo 1

"El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente."
El primer versículo establece la condición para experimentar la protección de Dios: habitar al abrigo del Altísimo. Habitar no es simplemente un acto pasajero, sino un estilo de vida, una elección constante. La palabra "abrigo" evoca la idea de refugio, de un lugar cálido y seguro donde podemos encontrar descanso. No es solo un refugio físico, sino emocional y espiritual. Dios, en su infinita majestad, es nuestro refugio seguro en un mundo lleno de incertidumbres y peligros. Al vivir en Él, bajo su sombra, encontramos consuelo y paz que no dependen de las circunstancias externas.

Versículo 2

"Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quién confiaré."
Aquí, el salmista expresa una profunda relación personal con Dios. Esperanza mía implica un acto consciente de depender de Él y no de otras cosas o personas. Se reconoce a Dios como el castillo, que es un símbolo de fortaleza y seguridad. En tiempos de guerra y agitación, un castillo representa un refugio impenetrable, y así es Dios para el creyente. Es un lugar seguro en medio de las batallas de la vida. Al afirmar que Dios es mi Dios, el salmista también establece una relación íntima y personal, un vínculo que va más allá de la tradición religiosa; es una confianza diaria, un pacto vivido.

Versículo 3

"Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora."
Este versículo habla de dos peligros: el lazo del cazador y la peste destructora. El "lazo" es una trampa oculta, una amenaza que no se ve, pero que está preparada para apresarnos. Es la imagen de la vida llena de tentaciones y engaños sutiles que intentan apartarnos del camino de Dios. La peste destructora, por otro lado, es un peligro visible pero igualmente mortífero. Representa las aflicciones, enfermedades y problemas que afectan a la humanidad. La promesa es que Dios librará al fiel de ambas cosas, no solo de los peligros evidentes, sino también de los que acechan en las sombras. La protección de Dios es total: de lo conocido y lo desconocido.

Versículo 4

"Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas hallarás refugio; escudo y adarga es su verdad."
La imagen de las plumas y las alas es profundamente tierna y poderosa. Se refiere al amor protector de Dios, quien cuida a sus hijos con la misma ternura con que un ave cuida a sus polluelos. Debajo de sus alas es una metáfora de la intimidad y seguridad que encontramos en la presencia de Dios. La verdad de Dios es el escudo y adarga, que significa un defensa inquebrantable. La verdad de Dios es lo que nos protege de las mentiras y falsedades del mundo. Aquí se nos enseña que el amor y la verdad de Dios son las armas más poderosas para enfrentar los ataques de la vida.

Versículo 5

"No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día,"
Este versículo refleja una promesa radical: el temor no tiene cabida en la vida del creyente que habita en Dios. El terror nocturno hace referencia a los miedos que asaltan nuestras almas en la oscuridad de la noche, esos temores irracionales o las pesadillas del alma que nos acechan cuando estamos vulnerables. La saeta que vuela de día es la representación de los ataques visibles, las amenazas abiertas que vienen de los enemigos o de las circunstancias difíciles. Dios promete que, sin importar la magnitud del peligro, no debemos temer, porque estamos protegidos.

Versículo 6

"Ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya."
Se menciona ahora la pestilencia y la mortandad, que son símbolos de las enfermedades y calamidades que afectan a la humanidad. El "andar en oscuridad" hace referencia a aquellas calamidades que se presentan de manera inesperada, sin previo aviso, como las plagas o enfermedades que parecen surgir de la nada. Sin embargo, el creyente tiene la seguridad de que ni estas adversidades, por más que nos rodeen, tienen poder sobre nosotros. La protección divina es más grande que cualquier mal o calamidad.

Versículo 7

"Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará."
Este versículo refleja la firmeza de la protección divina. Aunque el mal y el sufrimiento puedan estar presentes alrededor nuestro, Dios promete que no nos afectarán. La imagen de mil y diez mil es una forma simbólica de decir que, aunque muchos puedan caer, el creyente fiel será preservado. La protección divina no es limitada ni escasa; es abundante y suficiente para protegernos incluso cuando el caos parece rodearnos.

Versículo 8

"Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos."
El versículo nos invita a una reflexión profunda sobre la justicia divina. Los fieles no solo serán librados de los peligros, sino que también serán testigos de la justicia de Dios en acción. El salmista nos asegura que veremos cómo Dios recompensará a los justos y castigará a los malvados. Este versículo nos recuerda que, aunque a veces no comprendamos las razones detrás del sufrimiento, al final, Dios es justo y su justicia prevalecerá.

Versículo 9

"Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación,"
Este versículo recalca la elección personal de hacer de Dios nuestro refugio. Poner a Jehová como nuestra esperanza implica una acción consciente y voluntaria. No es algo automático; requiere una decisión de vivir bajo su protección y sabiduría. Dios es nuestro Altísimo, el ser más elevado sobre todo, y, al hacer de Él nuestra "habitación", estamos eligiendo vivir bajo su dirección y cuidado diario.Versículo 10: "No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada."
Una promesa de inmunidad a las adversidades y enfermedades para aquellos que confían en Dios.

Versículo 10

"No te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada."
Dios promete que el mal no se acercará a aquellos que se han refugiado en Él. Esto no significa que no enfrentaremos dificultades o que viviremos sin pruebas, sino que, incluso en medio de esas pruebas, Dios nos protegerá, guardará nuestra paz y nos dará la capacidad de superar cualquier adversidad. La "morada" simboliza el hogar y la familia, el lugar donde estamos más vulnerables, y Dios promete que incluso ahí estaremos protegidos.

Versículo 11

"Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos."
Dios ha asignado ángeles para velar por nosotros, seres celestiales que están constantemente intercediendo en nuestro favor. Este versículo es una muestra de la generosidad divina: no solo nos protege Él mismo, sino que también ha dispuesto seres espirituales para cuidarnos y guiarnos en nuestro caminar. Es un recordatorio de que no estamos solos en nuestra jornada.

Versículo 12

"En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra."
Este versículo profundiza en la idea de la protección angelical. Los ángeles no solo nos cuidan, sino que nos sostienen en momentos de debilidad o de peligro. Son un recordatorio de que nuestra confianza debe estar puesta no solo en nuestras fuerzas, sino en la mano protectora de Dios. Si tropezamos o caemos, Él está allí para levantarnos.

Versículo 13

"Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al cachorro del león y al dragón."
Este versículo presenta una imagen vívida de victoria sobre las fuerzas del mal. El león y el áspid son símbolos de poder y maldad, mientras que el dragón es una representación del mal más antiguo y astuto. Este versículo nos recuerda que, al vivir bajo la protección de Dios, podemos vencer incluso a los enemigos más temibles, espirituales o terrenales. No somos vencidos por el mal; somos vencedores.

Versículo 14

"Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre."
Este versículo expresa una promesa de liberación para aquellos que aman a Dios. El amor de Dios por nosotros es correspondido con bendiciones y protección. Conocer su nombre implica tener una relación profunda y personal con Él, reconociendo su soberanía y su poder. Dios no solo nos salva, sino que nos eleva, nos da dignidad y honra como sus hijos.

Versículo 15

"Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; lo libraré y le glorificaré."
Dios promete que cuando lo invoquemos en tiempos de angustia, Él estará allí. La promesa no es solo de liberación, sino también de su presencia constante. Glorificaré implica que Dios nos exaltará, y no solo nos liberará de nuestras angustias, sino que nos llevará a un nivel más alto de comprensión y comunión con Él.

Versículo 16

"Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación."
Finalmente, este versículo cierra con una promesa de vida plena, larga y satisfactoria. La salvación no es solo un acto de liberación, sino una invitación a experimentar la vida eterna con Dios, una vida llena de propósito, paz y bendición.

En conclusión, el Salmo 91 es una declaración profunda sobre la fidelidad de Dios y su protección inquebrantable. Cada versículo está cargado de esperanza, recordándonos que, al refugiarnos en Él, encontramos consuelo, seguridad y la certeza de que nunca estamos solos. Dios está con nosotros, y su protección y amor son nuestra fortaleza.

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