🙌🏻 Bendecidos para Bendecir
En mi vida, en los últimos diez años, desde que salí de México para estudiar en el instituto bíblico, he sido bendecido una y otra vez por la generosidad de muchas personas. ¿Sabes qué es lo más hermoso de esto? Que, aunque cada vez mi corazón se llena de agradecimiento hacia estas personas, lo que más disfruto es cómo esto me lleva a adorar a Dios por las maneras asombrosas en que provee para mí y para mi familia.
Cada vez que pienso que no voy a poder o que no lograremos salir adelante como familia, Dios me sorprende con su amor y cuidado. Desde las pequeñas cosas del día a día hasta situaciones en las que definitivamente no había forma de lograrlo sin que Dios interviniera. Año tras año, soy testigo de la gracia de Dios en su provisión, y mi corazón se llena de adoración por Él. Esto me impulsa a dar con la misma gracia con la que he recibido. Anhelo verdaderamente que otros puedan ver y experimentar que Dios es bueno; quiero que todos sientan su amor y cuidado.
Por eso me encanta lo que Pablo dice en su segunda carta a los corintios; “En efecto, al recibir esta demostración de servicio, ellos alabarán a Dios por la obediencia con que ustedes acompañan la confesión del evangelio de Cristo y por su generosa solidaridad con ellos y con todos.” (2 Corintios 9:13).
Amigo/a, recuerda, hay más bendición en dar que recibir, cuando recibimos nuestro corazón se llena de adoración y alabanza a Dios y experimentamos la gracia de su cuidado. Cuando damos en obediencia, le damos la oportunidad a otros de tener esta experiencia, le damos la oportunidad a los demás de experimentar el cuidado y amor de Dios que resultara en ¡alabanza a Dios!
¿Sabías que tu generosidad puede ser la respuesta a la oración de alguien más? ¿Alguna vez has pensado en que tú puedes ser el canal a través del cual Dios responde las peticiones de otros? Si fallamos en obedecer, podríamos estar privando a alguien de la respuesta divina a su oración. Tu generosidad, al igual que la mía, inspira gratitud y adoración en quienes la reciben. Por eso, mi invitación para ti hoy es que nunca dejemos de ser instrumentos de Su amor en acción.
