Orar como Jesús
«Ya no quiero tener miedo».
«La vida te hará caer, pero puedes elegir levantarte de nuevo».
Esta cita no es de la Biblia, sino de la película The Karate Kid. Un joven se muda a China y sufre mucho acoso escolar. Cuando conoce a un viejo maestro de kung fu, éste le enseña todos los trucos de las artes marciales. Le da confianza en sí mismo. Observando al maestro y practicando mucho, mejora cada vez más.
La lección más importante que aprende: ¡concentrarse y seguir siempre adelante! Y curiosamente, eso es exactamente lo mismo que Jesús muestra sobre la oración. Observemos al «maestro de la oración» y descubramos cómo podemos aprender a rezar.
Orar como el «Maestro» Jesús
Si quieres aprender algo bien, mira al maestro. Al que sabe de lo que habla. El que puede enseñarte los trucos del oficio. Ya sea sobre pintura, cocina o kung fu. Se aprende mirando, copiando, leyendo y practicando mucho.
Lo mismo ocurre con la oración. Si quieres aprender algo sobre la oración, tienes que mirar al «maestro». Y ése es Jesús. Él tenía una «línea directa» con Dios. La oración estaba entrelazada con su vida aquí en la tierra. Puedes aprender mucho de Jesús sobre la oración. Jesús nos da a menudo una visión de su propia vida de oración. Te da consejos, te desafía y te ayuda cuando tú mismo no encuentras las palabras. Veamos juntos qué puedes aprender del «maestro de oración».
¿Cuándo ora Jesús?
¿Tienes idea de cuántas veces reza Jesús en la Biblia? 25 veces. Así que tenemos 25 ejemplos en la Biblia de cómo Jesús trata la oración. Seguro que podemos aprender algo de ello. No vamos a repasarlos todos, pero he aquí algunos de los más destacados.
Jesús ora cuando...
...necesita descansar
Regularmente se lee que Jesús necesita descansar y entonces busca un lugar tranquilo para orar a solas como aquí en Marcos 1.
...está triste
Jesús se entera de que su primo y amigo Juan el Bautista ha sido decapitado. Busca la soledad en Mateo 14 para procesar su dolor, con Dios.
...está agradecido
La Biblia describe un momento en Lucas 10 en el que Jesús experimenta una tremenda alegría e inmediatamente se pone a orar para dar gracias a Dios.
...tiene miedo
Jesús también ha tenido miedo. El Viernes Santo, suplicó a Dios que no tuviera que morir. Incluso se dice en Lucas 22 que sudó sangre de miedo mientras rezaba.
...Tiene que tomar una decisión importante
Cuando Jesús tiene que tomar decisiones, se toma tiempo para rezar. Quiere que su elección sea también la elección de Dios. Cuando en Lucas 6 tiene que elegir a los hombres que serán sus discípulos, sus seguidores, reza toda la noche pidiendo sabiduría para poder elegir a los hombres adecuados.
...realizó un milagro
Cuando necesitamos un milagro en nuestras vidas, rezamos para conseguirlo. ¿Y si el milagro se ha producido? Es precisamente entonces cuando se lee varias veces en la Biblia que Jesús se pone a rezar. Especialmente cuando el milagro ya ha sucedido como en la Provisión Milagrosa.
¿Qué es lo que llama la atención? Nuestro «maestro de oración» es vulnerable, una persona emocional. Orar como Jesús significa compartir tus emociones con Dios. Las buenas, las malas y las feas. Involucra a Dios en su vida cotidiana. Siempre está presente, pero también está ausente.
Entonces, ¿cómo debo orar como Jesús?
Si estás leyendo este artículo, puede que tú también tengas el deseo de orar por ti. ¿Tal vez te resulte difícil saber cómo hacerlo? Jesús por cierto puede ayudarte. Jesús siempre está orando a Dios. Tiene una relación personal con Dios. Le llama Padre y te anima a hacer lo mismo. Jesús realmente se toma tiempo para orzar y le proporciona un entorno en el que puede mantener su atención.
Jesús también dice a menudo: «¡Gracias!». En sus oraciones, agradece a Dios todo lo que le da. También quiere transmitirnos eso en Filipenses 4:
No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho.
Y como un verdadero «maestro», también te reta a ti. A rezar más y con más audacia. Mira lo que dice en Mateo 17:
Les digo la verdad, si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a esta montaña: “Muévete de aquí hasta allá”, y la montaña se movería. Nada sería imposible.
Si no encuentras las palabras, empieza rezando el Padre Nuestro. Puedes encontrar la oración del Padre Nuestro aquí.
Jesús no busca la perfección
Sin embargo, hay una gran diferencia entre Jesús y otros maestros. Mientras que los maestros de kung fu -o los maestros en cualquier habilidad- siempre buscan la perfección, Jesús no lo hace. Su objetivo no es que oramos perfectamente. Todo lo contrario. Él mismo advierte contra las «oraciones perfectas». La oración no se hace para aparentar. No para hacer felices a los demás ni para demostrar lo bien que lo haces. Por supuesto, es bueno ayudar a los demás rezando por ellos. Compartir tus experiencias puede ayudar a otra persona a crecer. Pero la oración siempre tiene que ver con la conexión entre tú y Dios. Y en ella no hay lugar para máscaras, palabras rebuscadas o palabras duras. Dios mira directamente a nuestros corazones.
La famosa oración del Padre Nuestro
Jesús nos advierte contra las oraciones sin sentido e hipócritas. Pero, ¿qué debes decir en tu oración?
¿Te cuesta encontrar las palabras adecuadas? Justo después de esta sección de la Biblia, Jesús nos ofrece una hermosa oración que puedes rezar en cualquier momento. El Padre Nuestro es la oración más famosa de la Biblia. Si te faltan las palabras, lee esta oración y piensa en lo que puedes aprender de Jesús sobre la oración.
La oración Padre Nuestro es magistral. Muestra exactamente lo que Jesús considera importante en la oración:
Céntrate en Dios y dale el crédito que le corresponde
Comparte lo que necesitas pero también piensa en lo que puedes/debes dar a los demás
Reconocer que necesitamos a Dios. Para que nos proteja y sea capaz de perdonar
Tanto si rezas una oración ya existente (por cierto, ¿sabías que hay hasta 650 oraciones en la Biblia?) como si eliges tus propias palabras, intenta incorporar estos elementos.
El padrenuestro y la oración eficaz
Sabias que a diario Dios espera por ti, el desea escuchar tu voz, conocer tus sentimientos, luchas, desaciertos, triunfos y tristezas. Él no quiere escuchar de ti una oración prefabricada, Él desea saber realmente como te sientes. Él desea estar a solas contigo, así como un niño pequeño habla con su padre, así desea Él hablar contigo, y si hablas con tu Padre Celestial ten presente que, con Él, no hay que tener miedos, ni vergüenzas, pues Él ya sabe ABSOLUTAMENTE todo de ti, así que ¿De qué te vale ocultar alguna cosa?
