María Magdalena
Este artículo trata sobre María Magdalena en la Biblia: ¿Quién Fue María Magdalena Realmente?
Cuando se trata de mujeres fascinantes en la Biblia, pocas son tan misteriosas y malinterpretadas como María Magdalena. A lo largo de los siglos, ha sido etiquetada de muchas maneras: pecadora, santa, discípula e incluso la primera testigo de la resurrección de Jesús.
Pero, ¿quién fue realmente María Magdalena? Vamos a sumergirnos en la verdadera historia detrás de una de las figuras más comentadas del Nuevo Testamento.
¿Quién era María Magdalena?
María Magdalena (a menudo llamada simplemente Magdalena) era una seguidora devota de Jesucristo. Su nombre sugiere que era de Magdala, una ciudad en la orilla occidental del Mar de Galilea. Aparece en los cuatro Evangelios - Mateo, Marcos, Lucas y Juan - y desempeña un papel central en algunos de los momentos más importantes de la vida, muerte y resurrección de Jesús.
Contrario a la creencia popular, la Biblia no describe a María Magdalena como una prostituta. Esa idea surgió siglos después, a partir de interpretaciones erróneas y tradiciones de la Iglesia. Lo que sí dice la Biblia:
Después de esto, Jesús estuvo recorriendo los pueblos y las aldeas, proclamando las buenas noticias del reino de Dios. Lo acompañaban los doce (discípulos) y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malignos y de enfermedades: María, a la que llamaban Magdalena y de la que habían salido siete demonios;
Jesús expulsó de ella siete demonios (Lucas 8:2), lo cual indica un acto de sanación y restauración, más que un escándalo.
María Magdalena en la Biblia
Cuando conocemos a María Magdalena por primera vez en la Biblia, su nombre va acompañado de una descripción difícil pero poderosa. Escucha Lucas 8:2: "... y también algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María (llamada Magdalena) de la que habían salido siete demonios".
Piensa en ese número: ¡siete! Siete demonios. La vida de María era un campo de batalla espiritual, una vida destrozada y dispersa. Muchos de nosotros sabemos lo que es llevar cargas, sentirnos destrozados. Quizá no sean demonios literales, sino esas luchas interiores, esas cadenas que nos atan.
Jesús libera a María Magdalena de los demonios
La historia de María Magdalena nos muestra cómo era Jesús. Jesús no se apartó de la gente como María. No se apartó para juzgarla. Por el contrario, entró en su vida y la preparó para una transformación. La vio -a ella realmente- y dio vida a su caos. Expulsó a los demonios y le devolvió su dignidad, su identidad y su propósito. No fue sólo una curación; ¡fue una transformación milagrosa!
¿Y qué hizo María con la transformación y la liberación que Jesús le ofreció? No se refugió en las sombras. No, ¡abrazó la LUZ! Se convirtió en una seguidora, una discípula devota y una amiga. Caminó con Jesús, le sirvió y presenció su crucifixión. Estaba allí, al pie de la cruz, cuando los demás se dispersaron. Y justo cuando estaba a punto de perder la esperanza, Jesús realizó un segundo gran milagro: ¡María fue la primera en ver a JESÚS RESUCITADO!
María Magdalena: la primera en ver a Jesús vivo
¡Imaginate! La mujer que una vez estuvo poseída, que una vez fue definida por su quebrantamiento, se convirtió en la primera evangelista, la primera en proclamar: "¡Ha resucitado!" ¡Qué transformación! Ese es el poder de Jesús: tomar nuestros pedazos rotos y crear algo hermoso, ¡algo audaz!
María se quedó afuera llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. —¿Por qué lloras, mujer? —le preguntaron los ángeles. —Es que se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto —les respondió. Apenas dijo esto, volvió la mirada y allí vio a Jesús de pie, aunque no sabía que era él. Jesús dijo: —¿Por qué lloras, mujer? ¿A quién buscas? Ella, pensando que se trataba del que cuidaba el huerto, le dijo: —Señor, si usted se lo ha llevado, dígame dónde lo ha puesto y yo iré por él. —María —dijo Jesús. Ella se volvió y exclamó: —¡Raboni! (que en hebreo significa “Maestro”).
Jesús llama a María por su nombre
¿Viste eso? Jesús llama a María por su nombre.
A menudo pensamos que la transformación consiste en convertirnos en algo que nunca hemos sido. Pero a veces se trata de recuperar lo que siempre quisimos ser, antes de perder nuestro camino y nuestra identidad.
La historia de María nos recuerda que no importa lo lejos que hayamos caído, no importa lo rotos que nos sintamos, Jesús puede restaurarnos. Él puede tomar nuestro dolor y convertirlo en un propósito. Puede tomar nuestro miedo y convertirlo en fe. Deja que la audacia de María te inspire. Deja que su viaje te recuerde que la transformación es posible, que la resurrección es real y que Jesús te ve, incluso en tu quebrantamiento.
María Magdalena en The Chosen
Atormentada por la oscuridad, María Magdalena es rescatada por la misericordia de Jesús. Se convierte en una discípula devota, transformada por su amor y recuperando la libertad.
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