Amigo/a, “¡Yo soy tu Dios!”
Tu Padre celestial te alienta hoy, diciendo: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías 41:10).
“Porque yo soy tu Dios...”
Dios es infinitamente grande. Sin embargo, se hizo hombre para acudir a nuestro encuentro. Él es nuestro Dios: Todopoderoso, Eterno, Creador… Los cielos de los cielos no pueden contenerlo, y, sin embargo, este Dios inmenso se hizo hombre. En la persona de Jesús, sanó enfermos, dio aliento a los quebrantados de corazón, y estuvo ahí para los que no tenían a nadie.
Hoy, Dios se acerca a ti para decirte esto:
“Soy tu Dios. No solo soy Dios, sino que soy TU Dios.
Escucha, hijo(a) mío(a): soy tu Dios. No tienes nada que temer.
Yo soy tu Fortaleza. Vengo en tu ayuda. Si yo estoy contigo, ¿quién contra ti…?
Yo soy el Creador, y puedo proveer para todas tus necesidades, absolutamente para todas.
Yo soy el Eterno, y tus tiempos están en Mi mano: haré todas las cosas bellas en tu vida en el tiempo adecuado.
Yo soy Amor, y derramo de Mi amor sobre tu vida, así como derramé Mi vida en la cruz en amor por ti.
Yo soy el Buen Pastor. Cuido de ti, y si te pierdes, estoy dispuesto a dejar al resto del rebaño para ir a buscarte a ti.
Yo soy el Todopoderoso, y vierto mi fuerza en tu vida.
Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, y soy igualmente tu Dios. Estaré contigo como lo estuve con ellos, pues no cambio.
Yo soy el mismo ayer, hoy y eternamente”
(Basado en Lucas 15:1-7, Juan 10:9-11, Hechos 7:32).
Amigo/a, recibe la fuerza, la vida y la paz del Señor en este día. Él es tu Dios, y no ha cambiado. Aún hoy está a tu lado, y te concede la victoria sobre todo lo que te quiere oprimir.