Fecha de publicación 22 de dic. de 2021

Amigo/a, 👋🏾 Ya he llegado

Fecha de publicación 22 de dic. de 2021

Continuamos hoy nuestra serie especial de Adviento con el testimonio de Simón, el zelote. Al final de su testimonio, terminaré como siempre con unas pocas palabras de ánimo. Te dejo con su relato:

Nunca he visto caminar a mi hermano Jesse. Quedó paralítico debido a un accidente antes de que yo naciera, y desde mi más tierna infancia tuve la responsabilidad de ayudarle.

Cuando alcancé la juventud, sin embargo, al ver la injusticias que los romanos solían cometer contra los judíos, tome una de las decisiones más duras de mi vida: abandonar a mi hermano para unirme a los hermanos de la Cuarta Filosofía, también conocidos como los Zelotes. 

No supe bien cómo despedirme de mi hermano, por lo que le escribí una carta basada en la profecía de Sofonías 3:19, diciéndole: “Jesse, cuando vuelvas a caminar, sabré que el Mesías ha venido. Mientras tanto, pelearé por la libertad de Sión para llegar a ver ese día”.

Con los Zelotes obtuve un entrenamiento militar que me permitió convertirme en un experto en el combate cuerpo a cuerpo. Tras muchos años de preparación, me fue asignada una misión: matar a uno de los altos cargos romanos, un magistrado llamado Rufus, que vivía en Jerusalén. 

Habíamos planeado la operación al detalle, y el mismo día en el que la íbamos a ejecutar, pasé por el estanque de Betesda. Nunca había pasado para visitar a mi hermano, porque ese lugar tiene historia pagana, y estaba prohibido para los Zelotes. Sin embargo, quería despedirme de él, ya que no sabía si moriría en el desarrollo de la misión. 

Me rompió el corazón verle tan destrozado. Hablamos un poco, pero, tras despedirme de él, me concentré de nuevo en la misión. Terminamos los últimos preparativos, e iniciamos la misión a la hora indicada. Estaba en posición y listo para ejecutar al magistrado cuando, de reojo, vi a mi hermano Jesse. Estaba caminando, y llevaba sus pertenencias con él. 

Tenía que estar soñando. Perdí la noción de todo. Caminé hacia él y le llamé. Nos miramos, y nos pusimos a llorar, mientras nos abrazábamos. ¡La profecía se había cumplido! ¡El Mesías estaba ya aquí, y le había sanado! Tenía que encontrarle como fuese.

Seguí el camino que Jesse me había indicado, hasta que encontré a Jesús… y mi vida ya nunca fue la misma. 

Mi nombre es Simón, el Zelote, y he sido elegido por Jesús. 

Amigo/a, Dios sabe perfectamente qué mostrarte, en qué momento y de qué manera hacerlo. Sus tiempos son perfectos, Él nunca llega tarde, y sabe guiar a aquellos que están atentos a Su voz. Disfruta de estos días de Navidad con tus seres queridos, y estate atento a las cosas que Dios quiere revelarte

Christian Misch
Author

Pasionado de las nuevas tecnologías y autor de "Un Milagro Cada Día", compartiendo inspiración diaria para seguir a Jesús.