🤔 ¿Y si ya tienes lo que necesitas?

Dios no deja la casa vacía. Cada día, Él pone pan fresco sobre la mesa: alimento para el cuerpo, el alma y el espíritu. Pero... ¿estás sentándote para recibirlo?
Cuando Jesús dijo: “Danos hoy nuestro pan cotidiano”, en Mateo 6:11, no hablaba solo de comida. Hablaba de confianza. De saber que el Padre no se olvida de lo que necesitas.
Él es el dueño de la casa, y en su casa, siempre hay pan fresco. Pero, ¿qué pasa cuando sientes que no alcanza? ¿Cuando miras tu mesa o tu vida y hay más vacío que plenitud? Ahí es donde esta oración se vuelve poderosa. No es una súplica desesperada, es un acto de fe. Es decirle: “Padre, confío en que hoy también vas a proveer”.
Jesús mismo dijo: “Yo soy el pan de vida”. (Juan 6:3) Él no solo da sustento: Él es el sustento. No solo alimenta tu cuerpo, sino también tu corazón. Trae paz cuando hay ansiedad. Trae esperanza cuando no ves salida. Trae palabra viva cuando te sientes seco por dentro.
Y así, cada día, si abres tu corazón, Él te sirve lo que más necesitas. A veces es fuerza. Otras, consuelo. A veces una respuesta. Otras, simplemente Su presencia.
Amigo/a, quizás hoy necesitas recordar que tu Padre conoce lo que necesitas… antes de que se lo pidas. Y que su provisión no siempre llega como esperas, pero nunca llega tarde.
🧡 Mi oración por ti hoy: Padre, gracias por ser el Dios que provee a Amigo/a. Hoy nos acercamos a tu mesa con fe. Alimenta su cuerpo, alma y espíritu. Gracias porque Tú eres más que suficiente. Amén.

