🚀 Viviendo más allá
Hoy vamos a profundizar en las cualidades que considero claves para comprender el verdadero significado de la humildad. En Filipenses 2, Pablo nos anima a adoptar la misma actitud que tuvo Jesús.
Nos dice: “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros…” (Filipenses 2:3-4, RVR1960).
Observa la fuerza con la que Pablo ofrece este consejo a los filipenses. De hecho, más que un consejo, es una exhortación ferviente. Pablo los llama a vivir de manera radicalmente diferente, una vida marcada por la humildad. Jesús mismo no se avergonzó de humillarse y asumir el papel de siervo, incluso hasta la muerte en la cruz. Todo lo hizo motivado por su amor hacia nosotros.
Como hijos de Dios, hemos sido llamados a abandonar el egocentrismo, la arrogancia y el orgullo. Un corazón humilde se opone a toda ambición desmedida, vanidad y egoísmo que provienen de la autojustificación y la defensa propia.
Piensa en esto: cuando te pones al servicio de tu familia, de tu iglesia o simplemente decides orar por alguien más, en lugar de enfocarte en ti mismo, comenzarás a experimentar la verdadera libertad y el gozo que provienen de una vida rendida a Jesús. Además, estarás manifestando a Cristo.
Te invito a reflexionar: ¿cómo puedes cultivar las cualidades de un corazón humilde? Quizás podrías comenzar ayudando a alguien que sabes que necesita apoyo, puedes comenzar orando por una persona que está pasando por un momento difícil.
Pido a Dios que te bendiga y te guíe para vivir con humildad y amor en todo lo que haces. Que tu vida sea un testimonio del amor y el carácter de Jesús.