Amigo/a, “¡Viva las Vegas!”
Hace un par de años tuve la oportunidad de pasar con mi esposa Belinda por la ciudad de Las Vegas. Íbamos preparados, ya que sabíamos que esta ciudad es conocida internacionalmente como “sin city” (“la ciudad del pecado”), pero lo que nos encontramos allí superó nuestras expectativas: casinos por todas partes, mujeres anunciándose desnudas en las pancartas de los taxis… ¡Hasta en el aeropuerto había máquinas de juego! ¡Lo nunca visto! =)
Gracias a Dios que, aun en medio de esas tinieblas, hay personas como mi querido amigo Paul Goulet, autor de la versión inglesa de Un Milagro Cada Día (“A Miracle Every Day”) que es pastor de una iglesia allí en Las Vegas, y está siendo usado por Dios para bendecir a miles de personas en esa ciudad.
Las tinieblas, siempre que pueden, tratan de dominar el ambiente espiritual. La ciudad de Pérgamo también era una ciudad muy dominada por la idolatría y la oscuridad. Había en ella algunos de los templos más importantes de la región, y la ciudad era considerada como uno de los núcleos de adoración pagana del imperio romano.
Jesús empieza su mensaje a esta iglesia diciendo: "Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe..." (Apocalipsis 2:13).
Sí, Dios conoce perfectamente tu situación, Amigo/a, y aquello por lo que estás pasando. ¡Y Él valora tanto el que retengas Su Nombre, y que no hayas negado Su fe a pesar de las dificultades!
Pero Él quiere que vayas más allá, y es por eso te da esta promesa que le dio a la iglesia de Pérgamo: "Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe" (Apocalipsis 2:17).
¡Qué regalo tan especial de Jesús! Él te da cada día del maná escondido de Su Palabra, para que seas fortalecido, pero más aún: Él te da un nombre nuevo. Los fallos, los errores y los complejos del pasado quedan atrás, porque ahora tienes una nueva identidad en Cristo.
Amigo/a, no eres lo que el mundo dice que eres. Dios te ha dado una nueva identidad para que puedas impactar el mundo a tu alrededor a través de ella. Las cosas viejas pasaron: todas son hechas nuevas en Él (2 Corintios 5:17). Dale gracias a Dios hoy por esta nueva vida que tienes en Él, y pídele que te muestre cómo puedes brillar cada vez más con Su luz allí donde estás.