Fecha de publicación 24 de ago. de 2021

Amigo/a, ¡viento en popa... y a toda vela! ⛵️

Fecha de publicación 24 de ago. de 2021

¿Qué tipo de cosas sueles pensar en tu día a día? Es una pregunta interesante, ya que la mayoría del tiempo no nos paramos a pensar en qué tipo de pensamientos están en nuestra mente. 

El efecto de los pensamientos sobre nosotros es similar al efecto del viento en un velero. Ese velero recibe una suave brisa (un recuerdo de una buena experiencia, por ejemplo), y es empujado en la buena dirección. De repente, un viento contrario viene (una preocupación por un problema que no está resuelto) y empuja el velero de manera abrupta en la otra dirección. Tras esto, otro viento viene de frente (el de la incertidumbre por lo que pasará en el futuro) y empuja el velero hacia atrás… y además de esto, otro viento fuerte y tormentoso (el recuerdo de una situación injusta vivida en el pasado) viene en oblicuo para desviarte aún más de tu trayectoria.

¿Ves lo que le pasa al velero? Al final, los diferentes vientos han hecho que termine en medio de la nada, y sin rumbo fijo. Eso es exactamente lo que nos pasa a nosotros en muchas ocasiones. ¿Nuestro error? No saber usar la vela. 

Los marineros saben que, si quieren avanzar en la dirección correcta, tienen que orientar la vela según el viento. No pueden dejarla siempre fija en el mismo sitio: tienen que cambiarla de posición y ajustarla constantemente, para así poder aprovechar la fuerza del viento en su favor. 

La Biblia dice en relación al ser humano que “cual es su pensamiento en su corazón, tal es él” (Proverbios 23:7). ¡Nuestros pensamientos determinan nuestra forma de ver la vida, y de actuar! 

Es por ello que tenemos que aprender a navegar a través de nuestros pensamientos, para apartarnos de los que son negativos y orientarnos a pensar en todo aquello que es conforme al corazón de Dios. La buena noticia es que no estamos a merced de nuestros pensamientos: podemos identificar y escoger qué pensar en cada momento. 

Amigo/a, llénate hoy de buenos pensamientos. Aparta de ti cualquier mal pensamiento que puedas identificar, y que, como el salmista, puedas decir: “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío” (Salmo 19:14).

No lo olvides nunca: ¡Eres un Milagro!

Christian Misch
Author

Pasionado de las nuevas tecnologías y autor de "Un Milagro Cada Día", compartiendo inspiración diaria para seguir a Jesús.