Fecha de publicación 23 de dic. de 2021

Amigo/a, 👀 Ven y ve

Fecha de publicación 23 de dic. de 2021

Continuamos hoy nuestra serie especial de Adviento con el testimonio de Natanael. Al final de su testimonio, terminaré como siempre con unas pocas palabras de ánimo. Te dejo con su relato:

He de reconocer que tengo muchas habilidades, pero la diplomacia no es una de ellas. Muchas personas me han dicho a lo largo de mi vida que soy muy directo cuando hablo, pero no me gustan las medias verdades. 

Esto me ha creado muchos problemas y enemigos a lo largo de mi vida, y fue también una de las causas por las que perdí mi trabajo como arquitecto, al no tener una buena relación con mi jefe. 

¡Había luchado tanto por convertirme en el primer arquitecto judío de Cesarea de Filipo! No podía creer que mi carrera se hubiese terminado de esa manera tan inesperada. Tal era mi decepción, que agarré todos los planos que había diseñado, y me fui al campo, allí donde pudiese estar totalmente a solas. Me senté debajo de una higuera, y le abrí mi corazón a Dios. Estaba destrozado, y no le sentía cerca de mí. En mi tristeza, empecé a quemar los planos, mientras decía casi a gritos: “Dios mío, ¿estás ahí? ¿Me ves? ¿¿Me ves?? ¡No escondas de mí tu rostro!”.

Unos días más tarde, aun sumergido en la tristeza, hubo una visita inesperada que me animó: la de mi amigo Felipe. Llevaba años siendo discípulo de Juan el Bautista, pero recientemente había comenzado a seguir a otro maestro, llamado Jesús, de Nazaret. No tenía sentido para mí: ¿acaso de Nazaret podía salir algo bueno? Felipe, con sus ojos fijos en mí, me dijo con una convicción que nunca había visto antes en Él: “Es el que hemos estado esperando todos estos años. Ven y ve” (Juan 1:43–51). 

En circunstancias normales no me hubiese molestado a ir, pero la convicción de Felipe realmente me llamó la atención. Y es así como Le conocí. En ese primer encuentro, Jesús me habló como si me conociese, y ante mi desconcierto, me dijo mirándome a los ojos: “Te he conocido mucho antes de que Felipe te llamase. Cuando estabas en tus momentos más bajos y te sentías solo, no escondí mi rostro de ti. Te vi cuando estabas debajo de la higuera”.

Me quedé sin palabras. Nadie sino el Mesías podía haber sabido todo eso, y tocar mi corazón de tal manera con Su respuesta. Sabía que había encontrado a Aquel que había buscado toda mi vida, y estaba dispuesto a seguirle desde ese mismo instante. 

Mi nombre es Natanael, y he sido elegido por Jesús. 

Amigo/a, quizá sientes en ocasiones que estás solo/a y que Dios no escucha tu clamor. Pero eso no es verdad: Él siempre te escucha. Él está atento a ti en cada momento, y Él quiere darle la vuelta a tus situaciones más complicadas. ¡Dios quiere hacer milagros en tu vida, incluso en Navidad! =) En este día, agárrate a Él más que nunca por la fe. ¡Es en su fe que tienes la victoria!

No lo olvides nunca: ¡Eres un Milagro!

Christian Misch
Author

Pasionado de las nuevas tecnologías y autor de "Un Milagro Cada Día", compartiendo inspiración diaria para seguir a Jesús.