Amigo/a, 🏍️ ¿Vas demasiado deprisa para amar?
Seguimos con nuestro estudio del Salmo 100, y la parte que vamos a analizar hoy es el versículo 3, que dice: “Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos” (Salmo 100:3).
No sé si te habrá pasado a ti, pero creo que todos, en varias ocasiones, vamos tan rápido que no somos capaces de darnos cuenta de lo que está ocurriendo en nuestra vida, ni de lo que es realmente importante.
Es fácil dejarnos llevar por la lista de tareas diarias que tenemos que hacer, y que al final todo se resuma a actividades, obligaciones y tareas pendientes.
Un buen amigo mío, de hecho, sintió que una vez Dios le estaba diciendo en lo más profundo de su corazón en sus momentos de oración: “Vas demasiado deprisa para amar”.
A raíz de esta palabra, este amigo, que siempre estaba ocupado trabajando en proyectos y haciendo todo tipo de actividades para su iglesia, se dio cuenta de que era verdad: estaba haciendo mil actividades, pero, al final, no estaba realmente tan cerca de Dios como antes, ni experimentaba tampoco ese amor real por las personas…
El versículo de hoy nos anima en cierta manera a parar y a darnos cuenta de lo que es realmente importante. Dios es el que da sentido a nuestra vida, y no los 50.000 proyectos, tareas o actividades que podamos tener.
La vida no depende de nuestras habilidades o talentos, sino de nuestra cercanía a Dios. Él es todo para nosotros, y nuestra relación viva con Él es la que da sentido a todo lo que hacemos, y es la que nos permite también amar a los demás de una manera auténtica.
Amigo/a, para en este día, y abre tu corazón de par en par a Dios. Aparta un tiempo para estar en el Lugar Secreto, para que puedas así abrirle tu corazón completamente, y expresarle cuánto le necesitas, y cuánto anhelas tener una mayor comunión con Él.
No dejes que ninguna actividad, compromiso u obligación te separe hoy de lo que es realmente importante: tener una comunión profunda con tu Padre a lo largo del día, y de experimentar Su increíble amor en tu vida de manera constante.
Recuerda: ¡Él es el que hace que todo tenga sentido!