Fecha de publicación 19 de feb. de 2023

Amigo/a, 💊 Una dosis de realidad

Fecha de publicación 19 de feb. de 2023
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Intro · Bienvenida · Milagro · Reflexión · Oración · Alabanza

Nos encontramos ya en el último día de esta serie especial sobre la autenticidad, y me gustaría terminarla hablando sobre el poder que tienen las palabras.

De hecho, como ya hemos visto a lo largo de estos días, cuando nuestras actitudes y nuestra fe no están alineadas, entramos en ese estado de apariencias y de hipocresía que nos afecta globalmente.

Esto es especialmente cierto en relación a nuestras palabras. Es fácil decir palabras y expresiones "correctas", sonar ante los demás como se supone que deberíamos hablar, pero que, al final, no sea más que una fachada.

A lo largo de la Biblia, en más de una ocasión, Dios se lamenta de la falta de coherencia del pueblo de Israel, diciendo: "Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí" (Mateo 15:8)

No sirve de nada hablar en "cristianés", y decir "Amén", "Aleluya" y que estamos en victoria, si nuestra vida en lo profundo de nuestro corazón no está bien.

Esas apariencias lo único que hacen es separarnos más de la solución.

Es tiempo de que vayamos a la Presencia de Dios, y que, ahí, le contemos al Señor con total sinceridad y humildad cómo nos encontramos, qué hay en nuestro corazón.

Sin apariencias, sin temores, sin frases hechas... solo tú viniendo delante de Dios con un corazón totalmente abierto, para contarle todo lo que te agobia, las cosas que están mal en ti, y cuánto deseas agradarle en todo.

Esa conversación real, sincera con Dios, es el comienzo de la transformación. Es siempre el primer paso hacia la restauración, y hacia ver las promesas de Dios manifestadas en nuestra vida.

Sí, Amigo/a, ¡no pierdas nunca la oportunidad de ser totalmente real con Dios!

Que cada día tengamos en nuestro corazón ese clamor del salmista, que decía: "Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío" (Salmo 19:14)

Que tu boca y tu corazón estén siempre alineados, y que ambos sean siempre agradables a Dios, y  estén llenos del poder del Espíritu Santo.

Te llevo en mi corazón y en mis oraciones,

No lo olvides nunca: ¡Eres un Milagro!

Christian Misch
Author

Pasionado de las nuevas tecnologías y autor de "Un Milagro Cada Día", compartiendo inspiración diaria para seguir a Jesús.