• ES
    • AR Arabic
    • CS Czech
    • DE German
    • EN English
    • ES Spanish
    • FA Farsi
    • FR French
    • HI Hindi
    • HI English (India)
    • HU Hungarian
    • HY Armenian
    • ID Bahasa
    • IT Italian
    • JA Japanese
    • KO Korean
    • MG Malagasy
    • MM Burmese
    • NL Dutch
    • NL Flemish
    • NO Norwegian
    • PT Portuguese
    • RO Romanian
    • RU Russian
    • SV Swedish
    • TA Tamil
    • TH Thai
    • TL Tagalog
    • TL Taglish
    • TR Turkish
    • UK Ukrainian
    • UR Urdu
Fecha de publicación 9 de oct. de 2025

💛 Un nuevo corazón

Fecha de publicación 9 de oct. de 2025

“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.” (Salmo 51:10 NVI)

Por años esa fue mi oración constante. Mientras luchaba con pensamientos y pecados que me pesaban profundamente, clamaba a Dios con lágrimas que me diera un corazón limpio. No quería un perdón superficial, yo sabía que lo que realmente necesitaba era un cambio profundo en mi interior.

Hace algunos años, mi papá sufrió un infarto. Gracias a Dios no fue tan grave como pudo haber sido, y con una cirugía bastó una malla para mantener abierta su arteria. Pero en los casos más extremos, el corazón queda tan dañado que lo único que puede salvar a la persona es un trasplante: concretamente, un nuevo corazón.

Esa es la condición de todos nosotros delante de Dios.

Nuestro corazón está tan marcado por el pecado, tan endurecido y dañado, que lo único que puede devolvernos a la vida espiritual es una cirugía profunda del gran Médico de médicos. No basta con un simple “lo siento” o con cubrir el problema por fuera. Lo que necesitamos es que Dios mismo haga un trasplante espiritual.

Mira esta promesa increíble: “Les daré un nuevo corazón y derramaré un espíritu nuevo entre ustedes; quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen y les pondré un corazón de carne. Infundiré mi Espíritu en ustedes y haré que sigan mis estatutos y obedezcan mis leyes.” (Ezequiel 36:26-27, NVI

¿No es maravilloso?

David conocía esta promesa y por eso clamaba con tanta intensidad: “Crea en mí un corazón limpio”. Él sabía que no podía seguir adelante con un corazón duro y enfermo. Sabía que sólo Dios podía darle un corazón renovado que volviera a latir para Él. 

Amigo/a,  hoy Dios quiere hacer lo mismo contigo. Tal vez sientes que tu corazón está desgastado, frío o lleno de culpas. Pero la buena noticia es que el Señor quiere darte un corazón nuevo, lleno de su Espíritu, sensible a su voz y apasionado por su voluntad.

Mi amigo/a, el verdadero arrepentimiento no solo pide perdón, pide un corazón nuevo.

Oremos juntos: “Señor, hoy reconozco que mi corazón necesita tu toque. No quiero solo sentir alivio momentáneo, quiero un cambio profundo y verdadero. Crea en mí un corazón limpio, quita la dureza y lléname de tu Espíritu, gracias porque solo tú puedes darme un nuevo comienzo, amén.”

No lo olvides nunca: ¡Eres un Milagro!

Eleazar Diaz
Author

Pastor principal de una iglesia y director de un programa de discipulado y misiones en Guadalajara, México. Mi pasión es que cada persona pueda tener una relación intima y apasionada con Dios.