Amigo/a, ⛪ ¡Un impacto Eterno!
Hoy terminamos esta serie sobre la diligencia, y me gustaría hacerlo fijándonos en alguien muy interesante que es mencionado en el Nuevo Testamento: Apolos.
Se dice en la Biblia que Apolos era una persona poderosa en las Escrituras, elocuente, y que, “siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan” (Hechos 18:25).
Fíjate: Apolos solo conocía lo básico del mensaje del Evangelio, y de hecho estaba desactualizado en su información (se había quedado en el bautismo de Juan, así que le faltaba un “upgrade” considerable =)
Pero aún así, compartía lo que sabía, y lo hacía con tanta diligencia y fervor, que muchas personas le escuchaban.
Hoy quiero terminar el tema de esta semana, hablando acerca de la diligencia a la hora de hablar de Jesús con las personas de nuestro entorno.
A veces nos complicamos la vida, y tenemos tantos temores, inseguridades, complejos… que al final no nos atrevemos a confesar el Nombre de Jesús, ni lo que ha hecho en nuestras vidas, porque pensamos que el mundo se nos va a caer encima.
Nos imaginamos a las personas sorprendidas por escucharnos hablar de Dios, molestas, quizá enfadadas, o mirándonos con una sonrisa burlesca, o tal vez haciéndonos preguntas implacables que no sabemos contestar…
Este tipo de pensamientos son los típicos que el enemigo intenta poner siempre en nuestra mente para bloquearnos y que no lleguemos a hablar de Jesús con los demás.
Gracias a Dios, son mentira. La verdad es que:
- Las personas que te rodean están yendo al infierno, y necesitan escuchar de Jesús
- No te hace falta un gran conocimiento para hablarles de Dios. iMira a Apolos! Solo necesitas compartir lo que sabes, y sobre todo tu testimonio.
- La gran mayoría de personas estarán receptivas a lo que les digas, si les hablas en base a tu experiencia y con un corazón lleno de amor y sinceridad
- Incluso los que no estén receptivo s serán bendecidos, ya que Dios usará las palabras que hayas compartido con ellos en algún momento de su vida para hablarles, y quizá muchos de ellos serán transformados por ellas
Amigo/a, ¡tenemos que ser más diligentes a la hora de hablar de Jesús a la gente!
Hablar de Jesús es una de las cosas más importantes que podemos hacer, ¡y a veces no nos damos cuenta! Quiero animarte a que, a partir de hoy mismo, te propongas en tu corazón el ser más diligente a la hora de buscar hablar de Dios a la gente.
Y que, cuando les hables de Dios, puedas hacerlo siempre de una manera muy real, relacional, llena de amor, y basada en tu testimonio y en la Palabra de Dios.
¡Creo que, si sigues este plan sencillo, vas a ver a muchas personas de tu entorno dando su vida a Cristo! ;)