Amigo/a, 💝 Tus hermanos son un regalo de Dios
Ayer hablábamos sobre cómo la perfecta relación del Padre con el Hijo y el Espíritu refleja cómo debería ser nuestra relación con nuestra familia.
Es cierto que ayer nos centramos en la familia natural, porque es en ese contexto en que el amor de Dios tiene un impacto más profundo. Como veíamos, la familia es ese “núcleo” tan importante del que hablábamos.
Sin embargo, nuestra familia no se queda solo en el plano natural. Tenemos también una familia espiritual, en la que cada uno de los que seguimos a Jesús nos convertimos en hermanos de los que ya le siguen.
Esta familia espiritual ¡puede ser de una bendición tan grande en nuestras vidas! No sé cómo te encontrarás en este punto, y si tal vez las relaciones con otros cristianos te han traído también dolores en el pasado, quizá hasta el extremo de querer saber ya nada más de la iglesia.
Pero sea como sea, mira lo que dice la Biblia: “Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte” (1 Juan 3:14).
Es verdad que, al igual que la familia natural, la familia espiritual puede ser desafiante en ocasiones, ¡pero es a la vez tan preciosa! Cuando encuentras a personas que siguen a Jesús de todo corazón y que reflejan el amor de Dios, ¡eso es un regalo tan grande!
Fíjate lo que dice este pasaje: es ese amor a los hermanos el que da testimonio a nuestro corazón de que hemos pasado de muerte a vida.
Amigo/a, ¡no dejes nunca de amar a todos, y en especial a tus hermanos! A pesar de sus errores y fallas, son un regalo de Dios para nuestra vida.
Esto lo saben especialmente bien los cristianos que forman parte de la iglesia perseguida. En el programa de hoy te explicaré más el porqué, y profundizaré más sobre este tema. Puedes verlo haciendo clic en este enlace.