🙋🏻♀️ Tu vida hace visible a Dios

Jesús nos enseñó a orar: “Santificado sea tu Nombre”. No porque el nombre de Dios necesite ser purificado, sino porque nosotros necesitamos recordar quién es Él… y reflejarlo.
“Santificar” significa reconocer algo como santo, distinto, apartado. Cuando oras así, estás diciendo: “Padre, que todos te vean tal como sos: glorioso, bueno, justo, cercano. Que en mi vida no oculte tu nombre, sino que lo revele.” Y esto es lo increíble: tu vida puede hacerlo.
Recuerda, tú eres templo. Piedra viva. Casa espiritual. Dónde estás, su nombre está. Lo que dices, lo que haces, lo que priorizas… puede hablar del cielo.
No se trata de perfección, sino de presencia. No se trata de religiosidad, sino de relación.Tu sencillez, tu fidelidad, tu compasión cotidiana pueden hacer visible al Dios invisible.
A veces pensamos que honrar su nombre solo sucede en la iglesia o durante la oración, pero también lo haces cuando perdonas, cuando no respondes con enojo, cuando ayudas sin esperar nada a cambio. Eso también es orar. Eso también es santificar Su nombre.
Amigo/a, quizás nunca te sentiste “digno” de llevar Su nombre. Pero no lo llevas por mérito, sino por gracia. Él te eligió. Él te llamó. Y donde tú vas… Su nombre va contigo.
🧡 Mi oración por ti hoy: Que tu vida, corazón y acciones reflejen Su nombre con honra, belleza y verdad. Que tu casa sea un altar donde otros lo conozcan. Amén.

