Amigo/a, 🛡 Toma una decisión valiente hoy
Poco a poco nos vamos acercando al desenlace del relato, y es ahora cuando viene lo bueno de la historia ;)
Imagina la situación: Sadrac, Mesac y Abed-nego están frente a un rey que es el más poderoso del mundo de su época. Están ante su trono, que tenía que ser imponente, con un ejército de sirvientes a sus órdenes, y un horno de fuego en el fondo.
Humanamente, nadie querría tener que confrontar a un rey de estas características en su casa, sobre todo cuando el rey está enfadado y acaba de lanzar una amenaza explícita.
Como veíamos ayer, en esa situación, la oportunidad de ser libre del horno de fuego y de la furia del rey ha llevado a muchos a lo largo de la historia a caer en la trampa de aceptar el trato que el enemigo les ofrecía, comprometiendo sus almas y el destino de Dios para sus vidas.
La única solución real en estas situaciones es salir de lo convencional: es moverse en fe, y con gran valentía. Eso es lo que hicieron Sadrac, Mesac y Abed-nego
En lugar de ver la crudeza de la situación en la que se encontraban, vieron la realidad espiritual, y eso les llevó a contestar al rey con valentía: “No es necesario que te respondamos sobre este asunto. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado” (Daniel 3:16-18).
¡Wow! Eso debió sentirle al rey como una bofetada en la cara, ya que no solo rechazaron su oferta, sino que además le contradijeron en su comentario acerca de Dios, y, por si estoy fuese poco, ¡le dijeron resueltamente que Dios iba a hacer un milagro en esa situación, o que, sino, morirían sin adorar a sus dioses o su estatua!
Cuando estás rodeado por el enemigo, es el momento de fortalecerte como nunca antes en el Señor, y de levantarte en fe con valentía. Eso es lo que hizo el rey David cuando se sintió perdido, al descubrir que los filisteos habían saqueado todos los bienes de su pueblo, y que se habían llevado cautivos a sus mujeres y niños.
Dice la Biblia en relación a ese momento de gran dolor que “David se angustió mucho, porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios…” (1 Samuel 30:6)
Esa decisión de levantarse y fortalecerse en Dios, le llevó a pensar con claridad, a liderar a sus hombres por el camino correcto, y a finalmente conseguir recuperar sus familias y tesoros robados. ¡Una decisión valiente de David cambió la historia de todo el pueblo de Israel!
Amigo/a, fortalécete en tu fe en Dios en este día, ¡y levántate con valentía! Pasa tiempo en Su Presencia, y cuando tengas claridad de lo que Él te pide hacer y estés totalmente seguro en tu corazón de ello, hazlo sin miedo, a pesar de las amenazas de este mundo: Él está contigo, y no te abandonará nunca.
