Amigo/a, 📃 ¡Tienes una herencia gloriosa!
Ayer vimos que una de las primeras consecuencias de tener revelación, sabiduría y una visión espiritual clara es la esperanza. Cuando tenemos en abundancia esos elementos en nosotros, tendremos constantemente una esperanza renovada y viva en Dios.
La segunda clave que viene como consecuencia de tener esos elementos en nuestra vida es que tendremos más revelación sobre las gloriosas promesas que Dios nos ha dado. Como lo dice el apóstol Pablo, “para que sepáis [cuáles son] las riquezas de la gloria de su herencia en los santos” (Efesios 1:18).
Fíjate cómo lo expresa:
- Tienes una herencia, algo que te pertenece en el Espíritu, que Dios ha preparado para ti
- Esta herencia que te pertenece está llena de la gloria de Dios y de Sus riquezas, tanto en lo natural como en lo espiritual
- Y esta herencia te es dada a ti porque eres parte de la familia de Dios, y el resto de tus hermanos que caminan en santidad también tienen acceso a ella, al igual que tú.
Lo que Pablo está diciendo es que esa revelación, sabiduría y visión nos permiten darnos cuenta de las riquezas que ya son nuestras, riquezas que muchas veces olvidamos que nos pertenecen.
Cuando eres consciente de cuáles son las promesas de Dios para tu vida, puedes proclamarlas y aferrarte a ellas, y puedes ver cómo se cumplen. Pero si no tienes consciencia de las cosas que Dios te ha prometido, pasarás de largo.
A veces somos como esa persona que compró un billete de barco para cruzar el Atlántico a principios del siglo pasado, y tras tres semanas comiendo a base de latas de pescado se dio cuenta de que las comidas estaban incluidas en su billete. ¡Hubiese podido disfrutar todo el trayendo de buenas comidas y cenas, pero se conformó con migajas por no saberlo!
Amigo/a, ¡pídele a Dios que te ayude a entender cada vez más las cosas que Él ha preparado para ti! Y a la vez, buscar crecer de manera activa en Su revelación para tu vida. ¡Él tiene tantas cosas preparadas para ti!