Fecha de publicación 14 de ago. de 2021

Amigo/a, tienes una doble corona

Fecha de publicación 14 de ago. de 2021

¿Alguna vez cuando eras niño/a te has imaginado ser un rey o una reina? Creo que todos en algún momento de nuestra infancia hemos fantaseado con esa idea de ser coronados, así como con reinos repletos de aventuras, sobre todo tras escuchar cuentos de príncipes y princesas.

Hay algo que es cierto en medio de todas estas historias para niños, y es que tenemos ese sentimiento de realeza en nosotros. De hecho, como veíamos hace unas semanas, somos llamados a ser reyes y sacerdotes en el Reino de Dios.

¿Puedes imaginarte lo que debe ser recibir una corona de parte de Dios? El rey David, que sabía muy bien lo que era ser coronado y ser rey, continúa el Salmo 103 diciendo que Dios es “el que te corona de favores y misericordias” (Salmo 103:4). ¡Wow! Él pone sobre tu cabeza Su favor y Su misericordia:

  • Su favor, porque Él está a tu lado y ha determinado bendecirte y favorecerte de todas las maneras posibles
  • Y Su misericordia, porque Él te ama y te guía con paciencia en el camino, como le reveló también al profeta Jeremías: “Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia” (Jeremías 31:3)

Pero además, mira lo que dice el pasaje: no solo te corona de favor y misericordia, sino de “favores” y “misericordias”, en plural. ¡Sus bendiciones sobre tu vida no tienen límite!

Amigo/a, Dios te ofrece cada día esta preciosa corona cargada de bendiciones, de todo tipo de favores y misericordias. ¿La quieres? Es tuya, Jesús la ha comprado con Su vida para que puedas llevarla siempre sobre ti. 

Levanta hoy tu cabeza, y disfruta a cada paso que des, sabiendo que el Señor va a tu lado, y que te cubre con Sus bendiciones.

Christian Misch
Author

Pasionado de las nuevas tecnologías y autor de "Un Milagro Cada Día", compartiendo inspiración diaria para seguir a Jesús.