Amigo/a, ¿te suena la palabra “quietud”?
En esta sociedad en la que vivimos, todo se mueve muy rápido, ¿verdad?
Llevamos en ocasiones un ritmo de vida frenético. En medio de toda esa vorágine de información, llamadas, mensajes, emails, redes sociales… Dios nos llama a venir ante Su Presencia, y a hacerlo con una palabra que ya casi ha perdido su significado para nosotros: quietud.
Mira lo que dice la Biblia: “En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza” (Isaías 30:15). También dice: “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios” (Salmo 46:10). Sí, Amigo/a, es en esos momentos de quietud, de parar y estar a solas con Dios, en los que todo vuelve a tener sentido.
Muchas veces corremos por la vida como pollos sin cabeza, dando palos de ciego, sin darnos cuenta de lo inútil que es ir así. Perdemos el tiempo y las energías, y todo por no pararnos un rato, aquietar nuestro espíritu, y venir ante Él. Dios desea darte paz, llenarte de gozo, darte sabiduría para los pasos que tienes que dar, e inspirarte una nueva visión para tu vida. ¡Wow! ¿Habías pensado en ello alguna vez?
Todo eso y más es lo que obtienes cuando decides aquietar tu espíritu, y apartar unos minutos para estar con Dios. Es en ese descanso, en ese reposo, en el que se encuentra tu victoria.
¿Y si apartas ahora unos minutos para desconectar de lo que estás haciendo y venir delante de Dios? Solo aquieta tu corazón, y recibe lo que Dios quiere decirte en este día. Déjame orar por ti: “Padre, te pido que ayudes a Amigo/a a venir cada día ante Tu Presencia, y a aquietar su alma para así poder escuchar Tu voz, y recibir todo lo que le quieres dar. Ayúdanos a estar más y más cerca de Ti cada día, y a vivir en Tu victoria. En el Nombre de Jesús. ¡Amén!”
Disfruta de este día.