🤝🏻 ¿Te cuesta confiar?
¿Te resulta difícil confiar en alguien que no conoces? A mí también me ha pasado. Sin embargo, cuando comienzas a pasar tiempo con esa persona y construyes una relación, la confianza se vuelve algo natural. Lo mismo sucede con Dios: para aprender a confiar en Él, necesitamos conocerlo profundamente. No podemos confiar plenamente en alguien a quien no conocemos verdaderamente.
Amigo/a, si realmente queremos aprender a confiar en Dios cada día, necesitamos invertir tiempo en Él. Debemos entender quién es Dios, qué dice sobre nosotros y cuánto nos ama. Y otra de las claves para lograrlo es estudiando las Escrituras.
Las Escrituras nos revelan claramente quién es Dios, su carácter y cómo ha actuado a lo largo de la historia para mostrarnos su amor, fidelidad y poder. A medida que leemos y meditamos en la Palabra de Dios, empezamos a comprender mejor su voluntad, Sus promesas y su naturaleza inmutable. Y, al conocerlo más, nuestra confianza en Él crece.
Jesús mismo ora para que seamos santificados en la verdad de Dios, que se revela a través de Su Palabra. En Juan 17:17 (RVR1960) leemos: "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es la verdad." Conocer y entender la Palabra de Dios sin duda fortalece nuestra confianza en Él.
Cuando te sumerges en ellas, aprendes a escuchar su voz, a comprender su corazón y a experimentar su cercanía. En otras palabras, comienzas a conocerlo. Esto es lo que me sucedió a mí cuando decidí dedicar tiempo a leer la palabra.
Sin duda, al conocerlo, te resultará fácil entregarle tus preocupaciones y descansar en la seguridad de que Él verdaderamente cuida de ti.
¿Qué te parece si esta semana apartas unos minutos para leer y meditar en su Palabra? Allí no solo encontrarás respuestas para tus preguntas, sino que también desarrollarás una relación sólida y confiable con Él.
¡No olvides Dios quiere revelarse a ti!