Amigo/a, ¿tareas, o relaciones?
¿Cuántas veces has visto o experimentado la típica escena de un jefe malhumorado, gritando o exigiendo cosas a sus empleados? Muchas personas entienden el liderazgo como una relación basada en el miedo y en las amenazas: “Si no haces lo que quiero o de la manera que quiero, ¡estás despedido!”.Al final, este tipo de acercamiento trata a las personas como si fuesen meros números o instrumentos que se usan para realizar una labor. Si por alguna razón hay uno que no funciona bien, es tan sencillo como reemplazarlo por otro que funcione, y seguir adelante. Una de las características más importantes de los auténticos líderes es que dan prioridad a las relaciones, antes que a las tareas. Jesús no buscaba tener una organización de personas especialistas que impulsasen Su ministerio: Él buscó a discípulos, y construyó una vida en comunión con ellos, una relación tan fuerte que llegó a decirles: “Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer” (Juan 15:15). Según los parámetros de hoy en día, ¡muchos de los discípulos hubiesen sido despedidos en el primer mes! =) Sin embargo, Jesús trabajó en ellos fielmente durante 3 años, a pesar de sus continuos errores, orgullo y cabezonería, y eso provocó que llegasen a convertirse poco a poco en los apóstoles que fundaron y expandieron la iglesia hasta el día de hoy. ¡Eso es lo que ocurre cuando damos prioridad a las relaciones! Y eso es lo que Dios está haciendo contigo y conmigo.
Amigo/a, ¡nunca antepongas las tareas a las relaciones! Ni siquiera en los momentos de estrés. Si ves que hay problemas, acércate a la persona, trata de entenderla, y mira cómo puedes servirla y bendecirla. Eso fortalecerá la relación y abrirá puertas para que todo avance aun con mayor fuerza.¿A qué persona puedes bendecir hoy?