🏁 Superando los desafíos
Amigo/a, como bien sabes, la vida está llena de desafíos: algunos grandes, otros pequeños; a veces fáciles, otras veces difíciles. Pero la pregunta importante aquí es: ¿Qué hacemos frente a los desafíos? ¿Cuál es nuestra primera respuesta?
Ayer vimos cuál fue la respuesta de Jesús ante las malas noticias. Y, bueno, la realidad es que la respuesta de Jesús a los desafíos no es muy diferente. Aunque podría parecer redundante, lo cierto es que es muy importante que tú y yo podamos ver el ejemplo de Jesús para poder imitarlo en nuestro día a día.
No sé cómo es para ti, pero en mi caso, los desafíos tienden a motivarme o desanimarme, dependiendo del tipo de desafío. Si el desafío tiene que ver con aprender algo nuevo o crecer en algún área, definitivamente me motiva. Pero si el desafío está relacionado con problemas que no van a aportar mucho, puede desanimarme.
Como en estos días, vamos regresando con mi familia de un viaje de dos meses a Paraguay, y estaba animado de regresar a mi rutina normal en casa y el ministerio, pero tan pronto regresamos nos enfermamos todos en casa, se descompuso algo del auto y aun nuestra lavadora dejo de funcionar. En sí son desafíos pequeños, pero que por venir todos al mismo tiempo son bastante frustrantes.
Ahora lo que va a hacer toda la diferencia es como yo decida enfrentar estos desafíos, con frustración, enojo y desánimo o poniendo todo en manos de Dios. Yo sé cómo Jesús lo hizo, mira lo que nos dice la palabra de Dios, sobre cómo Jesús enfrentó el más grande desafío de su vida en la tierra, su traición y crucifixión.
Luego fue Jesús con sus discípulos a un lugar llamado Getsemaní y dijo: «Siéntense aquí mientras voy más allá a orar». (Mateo 26:36)
En Getsemaní, Jesús enfrentó el desafío más duro de su vida, en oración. En Getsemaní Jesús rindió su voluntad a la de su Padre. Con eso nos mostró como tú y yo podemos enfrentar cualquier desafío que tengamos por delante. La clave para superar cualquier desafío está en el Getsemaní: oración y entrega.
Yo no sé qué desafíos estés enfrentando hoy, pero sé que la mejor manera de enfrentarlos es con Dios, así que hoy quiero animarte a seguir el ejemplo de Jesús, y ver cómo esto cambia tu perspectiva sobre los desafíos.
