🏔 ¡Sube el Monte Santo!
Recuerdo que, hace muchos años, leí un relato que comparaba la vida cristiana con la aventura de escalar el Monte Santo. En medio de la batalla, los cristianos eran llamados a subir una montaña llamada Salvación, iban escalando los diferentes niveles de la montaña.
Cuanto más alto subían, más libres eran de las mentiras del enemigo, y más crecían en su comunión con Dios. Sin embargo, tenían que estar atentos, ya que era fácil resbalar y caer en las estrategias del enemigo, o ser heridos por sus flechas. Su objetivo era llegar a la cima de la montaña, donde la presencia de Dios era más tangible, y donde podían tener una visión más clara.
El Salmo 15 habla precisamente acerca de este Monte Santo, y empieza diciendo: “Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo?” (Salmo 15:1).
¿Te gustaría habitar en la presencia de Dios y subir a su Monte Santo? En mi caso, la respuesta a esa pregunta es fácil: ¡Sí, quiero! Y tengo la impresión de que no soy la única persona. Sin embargo, fíjate que el rey David, autor de este Salmo, no pregunta a quién le “gustaría” habitar en la presencia de Dios, sino quién “habitará” de hecho en su Presencia. No es cuestión solamente de desearlo, sino de estar listo/a para dar los pasos necesarios que nos permitan subir el Monte Santo.
Sí, Amigo/a, habitar en la presencia de Dios es una decisión. El rey David, a través de este salmo, nos da una serie de claves que nos permitirán caminar de forma efectiva junto a Dios en nuestro día a día, para así crecer cada vez más en su Presencia.
A lo largo de esta semana, vamos a analizar juntos estas claves, y vamos a ver cómo ponerlas en práctica para ascender por este Monte Santo con paso firme ¿Estás listo/a? ¡Creo que estas claves van a renovar tu relación con Dios!
Estás en mis oraciones y en mi corazón, Amigo/a.