🙋🏻♂️ “Soy un Milagro”

Quiero terminar esta semana con la misma declaración con la que comencé esta serie: Tenemos un Dios que sigue obrando milagros. Dios sigue haciendo lo imposible, respondiendo oraciones más allá de lo que podemos imaginar.
Esta es una hermosa verdad.
Como un pastor dijo: nosotros debemos vivir con “una expectativa de milagro”, esperando con anhelo ver el siguiente milagro de Dios en nuestra vida. Esto puede ser un milagro poderoso, sobrenatural y maravilloso, pero también puede ser uno de esos milagros del día a día, que a veces pasamos desapercibidos.
Es como cuando vi el testimonio de Tony Meléndez hace años, este músico que aun sin brazos y sin manos puede tocar la guitarra, cantar y salir adelante.
Lo que más recuerdo de su testimonio es cuando dijo que cuando alguien le preguntaba si creía en los milagros, él siempre respondía; “cuando yo veo que alguien levanta las manos, una mano… para mí eso es un milagro”.
Recuerdo que esas palabras me conmovieron profundamente. En ese momento pude reflexionar en todos los milagros que doy por sentado, que pasan desapercibidos en mi día a día.
Como este hermoso testimonio que recibimos:
“Buenas tardes. Antes que nada, quiero dar infinitas gracias por este devocional diario que me envían. Me ha servido bastante para avanzar en el camino del Señor. Mi testimonio es que soy un milagro de Dios. El Señor me salvó, sin duda alguna fui bendecido por Él. Me sanó del cáncer de colón. Después del tratamiento, las radiaciones y quimioterapias, me dejaron infinidad de secuelas horribles en mi cuerpo. Las radiaciones quemaron algunas terminaciones nerviosas de mi columna, y ya no podía caminar, tuve que usar bastón y enfrentar muchas dificultades para mantener el equilibrio. En fin, sólo Dios y yo sabemos por todo lo que pasé. Bendito sea Dios, salí adelante por su gracia.”
La Palabra de Dios dice: Bástate en mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad. La realidad es que, en nuestras debilidades, es cuando más conscientes somos de sus milagros.
Amigo/a, sé que ya te lo he dicho, pero hoy, al cerrar esta semana, quiero mencionarlo una vez más, con más fuerza: mi amigo, mi amiga, tu ¡eres un milagro!
Nunca lo des por sentado, ni dejes que pase desapercibido… Dios sigue obrando. Así que abre tus ojos y tu corazón, porque el mismo Dios que hizo milagros ayer, está escribiendo milagros hoy… contigo y a través de ti.
[BUTTON]
Tu donación nos ayuda a llevar esperanza, vida y dirección a quienes más lo necesitan.

