🌎 Sin importar lo que el mundo diga
¿Cuántas veces te has encontrado pensando en lo que otros dirán de ti antes de tomar una decisión?
A mí me pasó muchas veces. Recuerdo en la universidad cuando algunos compañeros me insistían en probar alcohol. Podría haber cedido fácilmente para no sentirme diferente, pero recordé algo: no necesito la aprobación de nadie, porque sé de quién soy hija y a quién quiero agradar.
Se convierte en un problema cuando vives buscando la aprobación del mundo, y de esta manera terminas perdiendo de vista a Aquel que realmente importa: Tu creador.
Mira lo que dice Pablo en Gálatas 1:10 (NVI): “Entonces, ¿busco ganarme la aprobación humana o la de Dios? ¿Piensan que procuro agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros, no sería siervo de Cristo.
Él lo tenía claro: no se puede ser siervo de Cristo y al mismo tiempo vivir atrapado en el deseo de agradar al mundo. La opinión de las personas cambia constantemente, pero la voluntad de tu Dios permanece para siempre. Él te ama, te llama por nombre y te recuerda que eres suyo.
Vivir para agradar a Dios no significa vivir aislado ni ser indiferente al mundo, sino reconocer que nuestro primer y mayor compromiso es con el Señor. Cuando tus decisiones se alinean con la voluntad de tu creador, aunque algunos no lo entiendan, tu vida será un reflejo de Cristo y traerá fruto eterno.
Hoy quiero invitarte, Amigo/a, a preguntarte: ¿de quién busco aprobación? Si notas que has estado más enfocado/a en lo que piensan los demás, vuelve tu mirada a Jesús.
Haz de esta oración tu decisión: “Señor, quiero vivir para Ti. Enséñame a no dejarme atrapar por el deseo de ser aceptado por los demás y por el mundo. Que mi vida refleje a Cristo en cada paso.”
