🔥 ¿Sabes lo poderoso que es perdonar?

Hemos llegado al último día, ¡Gloria a Dios! Para finalizar esta serie déjame contarte una experiencia personal.
Recuerdo una vez, cuando un compañero de la escuela perdió su reloj en mi casa. Sin pruebas, me acusó a mí y a mi familia de no querer devolverlo. Durante semanas no me habló, y eso me dolió profundamente. Yo le había explicado que lo había buscado por todos lados y que ni siquiera lo había visto, pero no quiso escucharme.
Un día, mi líder de jóvenes, al verme triste me preguntó qué me pasaba. Le conté lo que había ocurrido, y entonces me dijo algo que nunca olvidé: “¿Sabes? A veces es más valiente quien perdona que quien se defiende”. Esas palabras me quedaron grabadas en el corazón. Después de pensarlo mucho, decidí dar el paso, hablar con él y perdonarlo.
Para mi sorpresa, no solo me pidió perdón, sino que me confesó que otro compañero había llevado el reloj a su casa por error. A partir de ahí, nos hicimos grandes amigos. Ese gesto de perdón abrió la puerta a la reconciliación. Porque el perdón tiene ese poder: reconstruye lo que está roto, puede restaurar relaciones y transformar corazones.
Efesios 4:32 nos recuerda: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”
Amigo/a, perdonar no es justificar lo que estuvo mal, sino elegir amar como Dios te ama: con gracia, compasión y misericordia. Recuerda que fuiste perdonado/a y de la misma manera, Jesús anhela que perdones.
Hoy, te invito a pensar: ¿hay alguien a quien necesitas perdonar? ¿Te estás perdonando a ti mismo/a por errores pasados? Dios quiere ayudarte a dar ese paso que sanará tu alma.
¿Quieres orar conmigo? “Señor, gracias porque Tú me has perdonado a mí primero. Ayúdame a ser misericordioso(a) y a perdonar a quienes me han herido. Sana mi corazón, quita todo rencor y lléname de Tu amor para vivir en paz contigo y con los demás. En el nombre de Jesús. ¡Amén!”

