Amigo/a, 🏖️ Recibe la Recompensa
Terminamos de analizar el pasaje de esta semana, que dice: "Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público" (Mateo 6:6).
¡Hay una bendición tan grande sobre nuestra vida cuando buscamos a Dios de lo más profundo de nuestro corazón…!
Te lo digo por experiencia: a lo largo de todos estos años, mi hambre por Dios me ha llevado a querer conocerle cada vez más en mis tiempos a solas con Él en mi habitación. Y eso, a su vez, me ha permitido experimentar más Su realidad en mi vida, así como Sus milagros, y tener una relación más auténtica con Él.
Es interesante que Jesús habla sobre la recompensa de la oración: dice que será una recompensa “pública”, delante de los ojos de los demás.
De hecho, este pasaje no deja lugar a dudas: hay una relación directa entre buscar a Dios de todo corazón cuando estamos a solas, y Su bendición sobre nuestras vidas.
O dicho de otro modo: no podemos tener una vida real de amor y pasión por Dios, y a la vez no experimentar Sus bendiciones sobre nuestra vida. Si ese es el caso, ¡hay algo que falla, porque Dios nunca falta a Sus promesas!
A veces hay en las personas un cierto miedo a desear las bendiciones de Dios, porque eso les hace pensar que son interesadas, o que están intentando aprovecharse de Dios. Piensan que solo deben orar, leer la Biblia, y hacer el resto de actividades espirituales sin esperar nada a cambio. Sin embargo, en este mismo pasaje Jesús habla de las recompensas.
Creo que el mejor ejemplo para salir de este dilema es el de los niños. Ellos quieren a sus padres con un amor realmente puro… ¡pero un niño jamás rechazaría un regalo! Al contrario, piden cosas con libertad, a veces con insistencia, y cuando las reciben, ¡no pueden contener su alegría! 😉
Esa frescura, confianza, alegría, y esperanza por recibir las bendiciones de Dios en todas las áreas, son las que deberíamos tener siempre nosotros.
Amigo/a, ora a Dios con hambre y sed de Él, y confiando en todas las promesas que vendrán como consecuencia de ello. ¡Dios te ama tanto!