Amigo/a, ¿qué te está susurrando Dios hoy?
¿Alguna vez has sentido en tu corazón que tenías que hacer algo, pero no te has atrevido a hacerlo?
A lo largo de mi vida, muchas veces he discernido este “silbo apacible” (1 Reyes 19:12-13) del Señor, este susurro suave de Dios hablando a mi corazón. Todas las veces que he dado pasos de fe en obediencia, he visto bendiciones y preciosas puertas abiertas a lo largo del camino. Pero en otras ocasiones, sin embargo, el miedo, la inseguridad o incluso las distracciones del día a día me han llevado a perder grandes oportunidades.
Una de las cosas que más nos cuesta aprender en nuestra vida como cristianos es la obediencia a Dios. Mira, de hecho, lo que dice la Biblia en relación a Jesús: “Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen…” (Hebreos 5:8–9).
Aun Jesús mismo, en su naturaleza humana, necesitó aprender el valor de la obediencia al Padre, y eso le perfeccionó para cumplir Su plan de salvación. ¡Gracias a Su obediencia perfecta, ahora tú y yo tenemos acceso a la salvación!
Amigo/a, ¡Dios quiere hacer cosas preciosas a través de tu obediencia! Él quiere impactar y bendecir a muchas personas a través de tu disposición para servirle y para dar los pasos que Él te pide dar.
Piensa por un momento: ¿qué es lo que te está pidiendo el Señor hoy? ¿Hay una serie de televisión que tengas que dejar de ver? ¿Hay una persona a la que debas perdonar? ¿Hay alguien a quien sientas que tienes que hablarle de Jesús? Sea lo que sea, pídele sabiduría al Señor, y da pequeños pasos en esa dirección.
¡Tu obediencia abrirá las puertas del Cielo sobre tu vida, y sobre la vida de los que te rodean!