Amigo/a, ¡qué paciencia! 🤦♀️
Una de las oraciones comunes y que seguramente habrás hecho alguna vez es la de: “Señor, ¡dame paciencia!”. ¿Verdad? La respuesta a esa oración, sin embargo, suele ser diferente a lo que esperamos =)
Mira lo que dice la Biblia: “Hermanos míos, gozaos profundamente cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Pero tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna” (Santiago 1:2-4).
¿Te gustaría ser más paciente? La única forma de crecer en la paciencia es con la práctica, a través de las situaciones incómodas del día a día:
- Cuando tus hijos han roto sin querer algo que tenía valor para ti, y escoges no gritarles
- Cuando esperas un paquete o una notificación importante, y escoges no enervarte
- Cuando alguien te contesta de mala manera, y escoges mantener una buena actitud
Como puedes ver, la clave aquí reside en tu capacidad de decisión. Puede que no lo sientas, y sí, tal vez lo que te apetecería en esos momentos sería gritar o darle una patada a algo… pero cuando decides apartar de ti esos sentimientos y actuar con paciencia, y decides hacerlo una y otra vez, de manera constante, eso te va transformando.
El Señor está obrando un cambio profundo en tu vida, Amigo/a, y la paciencia es clave para tu desarrollo espiritual. En combinación con las otras características que hemos visto en los días anteriores, te ayudará a perfeccionar tu carácter, y a ser cada vez más parecido/a a Jesús.
Amigo/a, cuando te vengan problemas, en lugar de enfadarte o de desalentarte, ¡míralos como una oportunidad para crecer y para ver la mano de Dios en tu vida! Sé que cuesta, sobre todo al principio, pero con la práctica verás el fruto tan precioso que esta actitud producirá en tu vida.
Bendice a los demás con tu paciencia en este día,
