• ES
    • AR Arabic
    • CS Czech
    • DE German
    • EN English
    • ES Spanish
    • FA Farsi
    • FR French
    • HI Hindi
    • HI English (India)
    • HU Hungarian
    • HY Armenian
    • ID Bahasa
    • IT Italian
    • JA Japanese
    • KO Korean
    • MG Malagasy
    • NL Dutch
    • NL Flemish
    • NO Norwegian
    • PT Portuguese
    • RO Romanian
    • RU Russian
    • SV Swedish
    • TA Tamil
    • TH Thai
    • TL Tagalog
    • TL Taglish
    • TR Turkish
    • UK Ukrainian
    • UR Urdu
Fecha de publicación 25 de ene. de 2024

Amigo/a, 🤔 ¿Qué pasa cuando Jesús parece no responder?

Fecha de publicación 25 de ene. de 2024

¡Oré intensamente por ese préstamo que nunca llegó! Hace dos años, recuerdo haberle pedido a Dios que mejorará nuestra economía, en aquel momento enfrentamos una situación bastante difícil, Dios respondió, pero no de la manera que yo había imaginado.

Amigo/a, ¿Te ha sucedido que después de haber orado fervientemente por algo, Dios haya respondido de una manera diferente a lo que esperabas? Uno/a podría quedar herido/a, sobre todo con nuestro Padre celestial, por no recibir la respuesta esperada.

Una de las cosas que he aprendido a través de mi caminar con Cristo: ¡Es que Él siempre desea lo mejor para ti! Es un buen Padre ¡Somos sus hijos/as! La Biblia dice en Mateo 7:11 (RVR1960): “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?”

¡No te enojes con Dios, confía en Él! Él conoce exactamente lo que necesitas y te lo dará en el momento oportuno, con un corazón agradecido, espera la mejor respuesta. 

Amigo/a, ¡Tu Padre quiere darte lo mejor! Descansa en Jesús.

En este momento, te invito a que te enfoques en tres cosas buenas que pueden estar pasando en tu vida ahora y comiences a agradecer a Dios por ellas ¡Un corazón agradecido mueve la mano de Dios!

Comencemos nuestra oración: “Padre celestial, quiero empezar expresándote mi profundo agradecimiento por enviar a tu Hijo, Jesucristo, para mi salvación y redención. Reconozco que, en ocasiones, he sentido ofensa hacia ti, y quiero pedirte perdón. Sé que no me debes nada, y confío plenamente en que las respuestas a mis oraciones llegarán en tu tiempo perfecto, pongo mi confianza en ti. En tu nombre Jesús. Amén”

No lo olvides nunca: ¡Eres un Milagro!

Lorena Fitzgerald
Author

Formo parte del Ministerio de la Mujer de mi iglesia y hago coaching con mujeres. Disfruto compartir y ayudar a otros en su viaje espiritual.