🔴 Punto de no retorno
La semana pasada estuve en un congreso donde uno de los oradores habló del llamado de Eliseo. Como cuando Elías lo llamó a seguirle, Eliseo fue y quemó sus bueyes, y se lo dio de comer a la gente. El mensaje fue claro: si queremos seguir a Dios, hay que quemar lo que nos impide responder a su llamado.
Esto me hizo recordar mis años de adolescencia y juventud, y los campamentos en los que participé. En muchos de ellos había una dinámica donde escribíamos en un papel nuestras luchas o pecados y luego los quemábamos en una fogata, como símbolo de que no queríamos seguir atados a ellos. Recuerdo incluso a un amigo que me compartió, que uno de estos campamentos, ¡quemó su guitarra!
Pero, ¿sabes por qué estos ejercicios, aunque simbólicos, siguen teniendo tanto impacto? Porque hay algo muy poderoso en el acto de quemar algo y dejarlo atrás como un punto de no retorno.
Por eso hoy quiero recordarte esto: la cruz es el verdadero punto sin retorno. Si quieres que Egipto salga de ti, necesitas cortar con todo puente hacia el pasado: pecados, ataduras, dependencias.
La Biblia dice: “Cuando el faraón dejó salir a los israelitas, Dios no los llevó por el camino que atravesaba la tierra de los filisteos, que era el más corto, pues pensó: ‘Si se les presentara batalla, podrían cambiar de idea y regresar a Egipto’. Por eso los hizo rodear por el camino del desierto hacia el Mar Rojo.” (Éxodo 13:17–18 NVI)
¿Lo ves? Dios no dejó abierta la ruta de regreso. Él sabía que sacar a Israel de Egipto era una cosa, pero sacar a Egipto del corazón de Israel tomaría tiempo.
Lo mismo pasa contigo y conmigo: hay veces que necesitamos pasar por el desierto, porque es allí donde aprendemos a soltar lo que nos ata. Eliseo no podía seguir a Elías y al mismo tiempo guardar sus bueyes “por si acaso”. Tú y yo tampoco podemos seguir a Cristo mientras dejamos abiertas puertas hacia nuestro viejo Egipto.
Amigo/a, ¿qué cosas en tu vida todavía son un puente de regreso? ¿Qué necesitas “quemar” hoy para vivir en verdadera libertad?
Oración: ”Señor, gracias porque en la cruz me diste un punto de no retorno. Ayúdame a cortar todo lazo con mi viejo Egipto y a no dejar ningún puente hacia el pasado. Dame valentía para dejar lo que me ata y caminar hacia la vida abundante que has preparado para mí. Amén”.