🏃🚪 Dios tiene una salida para ti
Creo que ya te he comentado cuánto me encantan los Salmos y cuánto consuelo he encontrado en ellos a lo largo de mi caminar con Cristo. Uno de mis favoritos es el Salmo 34. Me ha hablado en tantos momentos y de tantas maneras distintas. Hoy quiero compartir contigo estas palabras:
“El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón; él rescata a los de espíritu destrozado” (Salmo 34:18, NTV).
Lo que me encanta de este Salmo es su contexto. David, huyendo de Saúl que quería matarlo, termina escondiéndose en una cueva. Y en medio de la angustia, el miedo y el corazón roto, escribió este hermoso salmo.
¿Y sabes? Cuando estamos luchando con nuestra mente ¿no nos sentimos exactamente así? Como si estuviéramos en una cueva oscura.
Yo recuerdo que cuando luché contra la depresión me sentía así: solo y aislado en una cueva. Ahora sé que muchas veces esa oscuridad tenía que ver con mis propias decisiones de encerrarme, más que con el hecho de que estuviera realmente solo.
Pero la verdad es que cuando batallamos con nuestra mente parece que nadie entiende del todo lo que pasa por dentro, y ese dolor emocional incluso puede manifestarse en nuestro cuerpo.
Pero el mensaje tan hermoso de este salmo es que, sin importar cuán oscura parezca la cueva, sin importar cuán herido esté nuestro corazón y cuán destrozados nos sintamos, o quizás debería decir especialmente cuando nos sentimos así… Dios está cerca.
Él tiene un camino para nosotros. Hoy quiero animarte con esta promesa en especial: “Él rescata a los de espíritu destrozado”.
Hay esperanza en Dios, Él está cerca, Él te conoce, Él te entiende y Él tiene una salida de rescate para ti. Esa salida puede llegar a través de personas, a través de la oración, de un milagro o incluso a través de la perseverancia.
Yo no sé cómo se verá su rescate para ti, pero de algo estoy seguro: lo hay.
En mi caso, Dios usó a un pastor que se tomó el tiempo de escucharme por horas, orar por mí y darme una perspectiva diferente. Usó a muchas personas que estaban intercediendo y también un sueño que plantó en mi corazón. La combinación de estas cosas me ayudó a luchar para salir de esa cueva.
Por eso Amigo/a, estoy convencido de que hay una salida y un rescate para ti.
Permíteme orar por ti: “Dios, no conozco a quien está leyendo esto hoy, pero Tú sí. Si se encuentra en una de estas dolorosas cuevas, te pido que pueda experimentar tu cercanía y ver el camino de salida que has preparado. Tómalo de tu mano y llévalo hacia la libertad. Amén”.
