Amigo/a, 🙌🏻 ¡Prueben y Vean!
Querido/a Amigo/a, ¿alguna vez te has detenido a meditar en la inmensa bondad de Dios? Reflexionar sobre su bondad se ha convertido, para mí, en una parte esencial de mis noches antes de dormir. Es en esos momentos de quietud, cuando el mundo se desvanece, mi corazón se abre a su presencia, y me doy cuenta de su incomparable amor por mí.
Su bondad se despliega como un sol radiante, iluminando cada rincón de nuestras vidas con su resplandor eterno. En cada amanecer, en cada atardecer, su bondad se revela de maneras infinitas, recordándote que eres amado/a más allá de lo que imaginas.
Esta bondad es como un río que fluye constantemente, nutriendo y revitalizando todo lo que toca. No hay límite para su generosidad, ni frontera que pueda contener su amor por ti. En los momentos de alegría, su bondad te envuelve como un abrazo cálido, ¡recordándote que cada bendición es un regalo de su gracia inagotable!
Puedes estar seguro/a que en medio de las tormentas de la vida, ¡porque su bondad es tu refugio seguro, Amigo/a! ¡Nunca olvides que Él es eterno y omnipresente! siempre disponible para aquellos que buscan refugio en su amor.
El salmista David pudo probarlo y verlo, por eso escribe en Salmos 34:8 (RVR1960): “Prueben y vean que el Señor es bueno: ¡qué alegría para los que se refugian en él!”
¡Felices los que podemos refugiarnos en Él!
Sin duda, en su bondad encuentras fortaleza, consuelo y esperanza. Por eso, te aliento a que vivas cada día con gratitud por el regalo incomparable de su bondad eterna.
Es mi oración, que en cada paso que des, en cada respiración que tomes, puedas sentir su presencia amorosa a tu alrededor, recordándote que ¡nunca estarás solo/a en este viaje!
¡No dejes de maravillarte ante su amor incondicional!