💖 Por amor a ti
Jesús se entregó por amor a nosotros, un sacrificio tan inmenso que nunca podremos retribuir. Sin embargo, no se nos pide pagar, sino reflejar ese amor en nuestras vidas. Somos ahora el espejo de su gracia. Hemos recibido salvación, vida eterna y una vida completamente renovada. ¿No es esto suficiente para estar agradecidos?
Amigo/a, Jesús tomó un trozo de pan, lo partió y, después de dar gracias, lo entregó a sus discípulos, diciendo: “Este pan es mi cuerpo, entregado por ustedes; hagan esto en memoria de mí” (Lucas 22:19, NVI). Con ese acto, anticipaba su sacrificio en la cruz, un sacrificio que cambiaría el destino de toda la humanidad.
Imagina estar allí, entre los discípulos. Quizás no comprendían del todo lo que estaba sucediendo, pero sabían que algo sagrado se revelaba ante ellos. Jesús, el Hijo de Dios, ofrecía su propio cuerpo por amor a ellos… por amor a ti.
Jesús nos invita a reflexionar sobre lo que hizo y a vivir como hijos llenos de gratitud, comprendiendo que no existe amor más profundo que el de nuestro Dios.
Hoy, mientras meditas en este acto de amor supremo, pregúntate: ¿Cómo puedo vivir en memoria de Jesús? No se trata solo de recordar su sacrificio, sino de permitir que esa verdad guíe tus pensamientos, decisiones y acciones. Así como Jesús se entregó por nosotros, nosotros, en agradecimiento, entregamos todo a Él.
Amigo/a, deja que lo que Jesús hizo en la cruz te impulse a vivir cada día en agradecimiento y entrega a Él.
Oremos: “Gracias, Señor Jesús, por tu inmenso sacrificio. No hay palabras que alcancen para expresar mi gratitud. Por eso, hoy te entrego mi vida, así como Tú entregaste la tuya por amor a mí. Que cada acción que realice sea un reflejo fiel de tu amor por mí. En tu nombre Jesús. Amén.”