Amigo/a, pon en duda tus temores...
A lo largo de esta semana, vamos a ver una serie de claves que el Salmo 27 nos da para ser libres del temor y avanzar con victoria. ¡Deseo que los disfrutes enormemente!
Recuerdo que, al poco de conocer a Jesús, uno de los primeros Salmos que leí fue el Salmo 27.
Este Salmo era, de hecho, fácil de reconocer, porque en él el rey David empieza haciéndose una pregunta a sí mismo: “Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?” (Salmo 27:1).
¡Tenía tanto sentido para mí! A mis 15 años de edad, había experimentado por primera vez en mi vida el amor de Dios de una manera real, y Él se había convertido en todo para mí. Es por eso que, a pesar de mis inseguridades y de mis problemas, este versículo me inspiraba a seguir adelante con valentía.
Seguro que hay muchos temores que acechan tu mente en este día, Amigo/a, pero quiero invitarte a que pongas todos esos temores en duda, y a que te hagas la pregunta: ¿Realmente son tan grandes como parecen? ¿Son tan grandes como nuestro Dios?
El enemigo es muy astuto, y trata de incitarnos a poner los ojos en nuestros problemas para que los magnifiquemos, y que así la duda y el miedo ahoguen nuestra fe. Pero hoy quiero invitarte a que des un paso adelante, y a que empieces a poner tus ojos en Dios. Es ahí donde la fe empieza a surgir de nuevo en nuestros corazones, y donde abrimos la puerta para ver los increíbles milagros de Dios en acción.
Amigo/a, ¡pon en duda tus temores! ¡Cuestiona su grandeza, al compararlos con la grandeza de Dios! Verás que, cuando lo hagas, siempre salen perdiendo =) Que Su luz eche fuera hoy las tinieblas que te quieren rodear; que Su salvación te inunde de paz, y que Su fortaleza te permita avanzar hoy sin miedo.
Dios está a tu lado hoy y siempre,