Amigo/a, ¡pide bien…!
¿Tienes en ocasiones la sensación de que no estás pidiendo bien las cosas en oración? Ya sabes, esa sensación de que hay algo que no termina de estar bien, que se siente un poco forzado, aunque no sabes demasiado bien de qué se trata.
Hay un pasaje en la Biblia que habla precisamente sobre el pedir mal, y dice así: “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites” (Santiago 4:3). No sé tú, pero muchas veces me he sentido un poco condenado al leer este pasaje, pues me hacía pensar que las oraciones que tienen que ver con sueños o deseos de mi corazón eran quizá egoístas, y no eran dignas de ser contestadas.
Sin embargo, ¿acaso Dios no quiere concederte las peticiones de tu corazón? Hace unos días vimos que sí (Salmo 37:4). Dios anhela bendecirte de manera sobreabundante, pero para ello tu corazón tiene que estar alineado con el Suyo.
¿Cuál era el problema de aquellas personas a las que Santiago escribe? Unos versículos más abajo, el apóstol clarifica diciendo que se habían hecho amigos de este mundo, que no habían estado atentos al Espíritu, que habían tenido doble ánimo en sus corazones, y que la soberbia les había cegado. ¡Todo ello se había convertido en un bloqueo para sus vidas!
Amigo/a, quita todos los obstáculos a la oración en tu vida. Hoy tienes la oportunidad de escuchar el corazón de Dios, y de ver Su provisión en tu día a día. Comprueba cómo se encuentra tu relación con Dios, y si identificas tropiezos o actitudes equivocadas en ti, ¡proponte deshacerte de ellos cuanto antes!
Dios quiere contestar tus oraciones