💭 ¡Nunca olvides!
¿Sabías que a Dios no solo le importa tu corazón, sino también tu salud física y emocional? A menudo nos enfocamos en su gracia y perdón, pero olvidamos que también es nuestro sanador. Él no ignora nuestras heridas ni nuestras dolencias; las ve con compasión y con poder para restaurarnos.
Las enfermedades no solo afectan el cuerpo. Hay heridas del alma que pesan, angustias que roban la paz y pensamientos que desgastan el alma. Tal vez sientas que Dios está distante, que tu dolor es demasiado grande o que la sanidad que anhelas nunca llegará. Pero Amigo/a, nunca lo olvides: ¡Dios es poderoso! Su amor y su poder no tienen límites, y Él quiere restaurar tu vida por completo.
David declaró esta verdad en el Salmos 103:3-4:"Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; el que rescata del hoyo tu vida y te corona de favores y misericordias."
Dios sigue sanando, restaurando y levantando a los caídos. Él no cambia. Su fidelidad permanece para aquellos que se acercan a Él y creen.
Entonces, si hoy te sientes quebrantado, física o emocionalmente, no enfrentes esta batalla solo. Quiero recordarte que Dios es tu sanador. Su poder sigue obrando hoy.
Amigo/a, Él quiere restaurarte por completo. No solo aliviar tu dolor, sino traer verdadera sanidad a tu vida.
¿Quieres orar conmigo?: "Señor, gracias porque estás conmigo y porque en Ti todas las cosas son hechas nueva. Gracias por la sanidad que me das, que se manifiesta en mi cuerpo y en mi mente aquí y ahora. Ayúdame a seguir adelante con los ojos puestos en Ti, y fortalece mi fe para creer más allá de lo mis emociones me dicen. ¡Gracias por tu sigues siendo el mismo ayer, hoy y por los siglos. En el Nombre de Jesús. Amén."
