Amigo/a, ¡nunca es demasiado tarde para pedir ayuda!
No sé tú, pero yo en más de una ocasión me he metido en situaciones complicadas sin casi darme cuenta. Más de una vez me he visto clamando a Dios por ayuda para salir del lío en el que me había metido. ¡Gracias a Dios que siempre me ha ayudado a salir adelante, a pesar de mis errores!
El rey Josafat, hijo del rey Asa, fue uno de los reyes de Judá que más buscó a Dios, y de los que fueron más bendecidos por Él. Sin embargo, en su deseo por acercar posiciones con el reino de Israel, apoyó al rey de Israel contra los sirios en la batalla, a pesar de que el profeta Micaías había ya declarado la derrota de Israel.
Cuando estaban en el campo de batalla, dice la Biblia que los sirios, al ver a Josafat, “dijeron: Este es el rey de Israel. Y lo rodearon para pelear; mas Josafat clamó, y Jehová lo ayudó, y los apartó Dios de él; pues viendo los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, desistieron de acosarle” (2º Crónicas 18:31–32). ¡Precioso! Fíjate:
- Josafat estaba en el lugar equivocado,
- en el momento equivocado,
- y en una guerra a la que Dios no le había llamado.