Amigo/a, 🤫 “No se lo digas a nadie…”
Es normal pensar en Dios como nuestro Creador y como el Señor de nuestras vidas... pero, ¿cuántas veces pensamos en Él como un amigo?
Quiero invitarte a hacer algo: cierra los ojos, e imagina por un momento que Dios y tú son amigos muy cercanos.
¿Puedes imaginarlo?
Seguramente la primera imagen que te vendría a la mente sería la de Dios y tú hablando, compartiendo de corazón a corazón, quizá con una deliciosa taza de café (o de chocolate caliente, en mi caso =). Eso es lo que hacen los amigos de verdad: Hablan, ríen, y se cuentan las cosas por las que están pasando, aun las más íntimas, aquellas que no se las contarían a nadie más.
¿Puedes imaginarte teniendo este tipo de relación de amistad profunda con Dios? Mira lo que dice Jesús: “Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer” (Juan 15:15).
- Él no nos considera ya Sus siervos, aunque Él es en verdad nuestro Señor.
- Para Él somos sus amigos, tenemos una relación especial, profunda con Él.
- Como consecuencia de ello, Él nos cuenta TODO lo que hay en Su corazón.
Sí, Amigo/a,Dios desea tener una amistad real contigo. Él quiere revelarte cosas profundas, a la vez que tú también te abres a Él y le compartes todo lo que hay en tu corazón. A lo largo de esta semana, quiero compartir contigo precisamente 7 claves que te ayudarán a profundizar en tu amistad con Dios. ¿Estás listo/a?
“Señor, gracias porque me has hecho Tu amigo, y porque puedo venir delante de Ti y compartir mi vida entera contigo. ¡Gracias por además me hablas, y compartes Tu corazón conmigo! Ayúdame para que mi ser esté siempre abierto a Ti al 100%. ¡Gracias por Tu amor increíble, y por Tu amistad! En el Nombre de Jesús. ¡Amén!”
Te llevo en mi corazón,