Amigo/a, ¡NO pierdas tiempo!
¿Alguna vez, al comprar algo, has optado por no leer el manual de instrucciones, y al intentar ponerlo en marcha has tenido problemas? No sé tú, pero cuando compro algo de mucho valor, prefiero echarle primero un buen vistazo al manual, para estar seguro de que no voy a estropear algo por error.
Para otras cosas que no son tan importantes, sin embargo, suelo ir tan rápido que no leo detenidamente las instrucciones. Eso me ha llevado en varias ocasiones a cometer fallos tontos, que me han creado problemas innecesarios, y que me han hecho perder al final mucho más tiempo y energía.
El pasaje de esta semana continúa diciendo que “nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito...” (Josué 1:8).
Hemos visto la importancia de HABLAR y de MEDITAR en las Escrituras, y el objetivo de hacer ambas es que podamos GUARDAR los mandamientos de Dios, para así ponerlos en práctica.
Es una sucesión lógica: cuanto más hablas y meditas en la Biblia, más te impregnas de su mensaje, y más orientas tus pasos para caminar en lo que has aprendido.
¿Qué pasa cuando estamos lejos de las Escrituras? Al final es un problema de consciencia: no leemos la Biblia, no hablamos de ella, no meditamos en ella… por lo que nuestra visión de Dios es más borrosa, y nos entran dudas acerca de Su carácter, Sus promesas o Sus planes para nuestra vida. Eso nos lleva a estar en oscuridad, y a tomar decisiones equivocadas, a veces con repercusiones devastadoras. Es por eso que Dios dice: “Mi pueblo es destruido porque carece de conocimiento” (Oseas 4:6, RVA).
Amigo/a, cuando caminas en la Palabra, te adentras en Sus promesas. Dios no quiere que cometas errores absurdos que te afecten y que te hagan perder tiempo o incluso tu destino. ¡Piensa en los 40 años del pueblo de Israel! Es por eso que te ha dado Su Palabra, para que puedas conocerle más a través de ella, y que así camines en Su voluntad y en Sus promesas para tu vida.
Que Su Palabra sea siempre una luz que guíe tu caminar