Amigo/a, 💆🏻♀️ ¡No pierdas los nervios!
¿Alguna vez has perdido la paciencia, y has dicho cosas de las que luego te has arrepentido? Creo que todos hemos tenido esta experiencia, y sabemos lo amargas que esas aguas pueden llegar a ser.
En una ocasión, el pueblo de Israel no tenía agua, y de nuevo se quejaron y murmuraron contra Moisés por haberlos sacado de Egipto. Dios se apareció a Moisés, y le dijo lo que tenía que hacer: hablar a una roca para que diese agua.
En ese momento, Moisés, aquél que la Biblia misma calificaba como el hombre más manso de la tierra, perdió los nervios. En lugar de hacer lo que Dios le dijo, confrontó al pueblo, diciéndoles: “¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?” (Números 20:10), mientras golpeaba dos veces la roca.
Por un breve momento se combinaron en él impaciencia, soberbia y desobediencia, y eso tuvo resultados catastróficos. No perdió la salvación, pero su mala reacción le impidió completar su misión en la tierra, no pudiendo entrar en la Tierra Prometida (Números 20:11-12).
En mi caminar con el Señor he aprendido poco a poco que no soy yo el que cambia a las personas, sino Dios, y Él trabaja de diferentes maneras con cada uno. No tengo derecho de explotar, ni de perder las formas, porque eso puede destrozar todo el trabajo que Dios pacientemente ha realizado previamente, y estorba Su obra.
Amigo/a, cuando sientas que vas a estallar, para un momento y respira. Sé que a veces duele ver las reacciones injustas de otras personas, así como sus actitudes, pero una mala reacción por tu parte puede hacer más daño al Reino de Dios de lo que te imaginas. ¡No caigas en esa trampa del enemigo!
Solo mira al Cielo, y deja que la paz del Señor te inunde. Él ya está trabajando, tanto en tu vida como en la de las otras personas.