Fecha de publicación 19 de ene. de 2024

Amigo/a, 🔎 ¡No lo has perdido!

Fecha de publicación 19 de ene. de 2024

Una de las claves más importantes para crecer espiritualmente se encuentra en la obediencia a Dios. 

Fíjate cómo lo expresa Jesús: “Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando” (Juan 15:14). Quizá ésta afirmación de Jesús te pueda chocar, ya que generalmente no vamos diciéndole a nuestros amigos que, si quieren seguir siéndolo, tienen que obedecernos en lo que les digamos =) 

¿Por qué crees que es tan importante para Dios nuestra obediencia? Piensa en esto: cuando le entregas algo a Dios, no lo pierdes, sino que Él te lo devuelve de una forma gloriosa. Le das tu vida hecha pedazos, y Él te da una vida plena; le das tu corazón herido, y te lo devuelve lleno de gozo y paz. 

Cuando decides obedecer a Dios, estás tomando la decisión más inteligente que puedes tomar, la que más bendición va a traer a tu vida. Pero más allá de eso, cuando decides obedecer a Dios por encima de lo que a ti te gustaría hacer, estás agradándole en lo más profundo. No hay nada que le llene de tanto gozo como ver el corazón de uno/a de sus hijos/as que esté dispuesto a hacer cualquier cosa que le diga, por amor a Él. 

Dios se manifiesta de manera especial a aquellos que tienen esta actitud de obediencia, y crea una relación profunda con ellos. La pregunta ahora es: ¿eres tú una de esas personas?

Amigo/a, la obediencia es la puerta de entrada a una vida de amistad profunda con Dios. ¡No hay nada más grande que podamos desear en este mundo que Su amistad!

“Señor, quiero obedecerte en cada cosa que me digas, en todo aquello que me muestres. ¡Tus deseos son órdenes para mí! Te amo, y quiero agradarte en todo. Ayúdame a discernir Tu voz, y a estar siempre listo para hacer cualquier cosa que me digas, aunque me cueste. En el Nombre de Jesús. ¡Amén!” 

Oro para que cada día tu amistad con Dios sea más fuerte.

Christian Misch
Author

Pasionado de las nuevas tecnologías y autor de "Un Milagro Cada Día", compartiendo inspiración diaria para seguir a Jesús.