Amigo/a, 🎲 ¡No eres una casualidad!
Seguimos avanzando en esta preciosa serie de versículos, para centrarnos hoy en el pasaje que dice: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Juan 1:11-13)
Ayer veíamos cómo Jesús no se ofendió al no ser reconocido por Sus criaturas, o, como dice este versículo, al no recibirle. Él sabía el nivel de ceguera espiritual que tenían, y que solo por medio de Su sacrificio en la cruz podrían ellos ser realmente transformados.
De igual manera, Dios conoce tus circunstancias actuales, así como nuestras imperfecciones, y las cosas que tenemos que cambiar en nuestra vida… pero es capaz de ver a través de todas esas cosas por medio de los ojos de la fe, para reconocer los planes y las cosas que ha preparado para ti.
Es por eso que Dios no está tan preocupado por cómo está tu vida ahora mismo, porque Él te ve por medio de los ojos de la fe. ¡Él conoce tu corazón así como el destino que ha preparado para ti, y sabe qué hacer para que seas animado y que continues avanzando por el camino de la fe!
Sí, Amigo/a, eres Su hijo precioso, Su hija preciosa, y Él te ama más de lo que puedes entender o comprender.
De hecho, ¡ya estabas en Su corazón antes de la Creación del mundo! No eres un accidente ni una casualidad, sino que has sido preciosa y cuidadosamente diseñado por Dios, y por medio de tu fe, te ha dado la autoridad para ser un hijo, una hija Suya.
Dale gracias de lo más profundo de tu corazón, mientras reconoces en tu vida Su increíble amor y poder. ¡Creo que esto impactará tu vida profundamente en este día!