🔥 ¡No eches leña al fuego!

¿Alguna vez has visto cómo una pequeña chispa puede incendiar todo un edificio?
Una chispa parece insignificante, ¿cierto? Apenas un destello que pasa desapercibido… hasta que toca algo inflamable. Entonces, todo cambia. Esa pequeña llama puede crecer hasta convertirse en un fuego incontrolable que consume todo a su paso.
Así funcionan nuestras palabras en los momentos de tensión. Nuestra primera reacción suele ser defendernos o atacar. ¿Te ha pasado, Amigo/a? Sin embargo, Dios nos invita a tomar un camino diferente: el camino de la amabilidad.
Cuando alguien te habla con enojo, ¿cómo sueles responder? Déjame ser honesta contigo: esta es un área en la que Dios ha trabajado conmigo. Con el tiempo, he aprendido que una respuesta amable tiene el poder de desactivar el conflicto. Es como apagar una chispa antes de que se convierta en incendio. He comprobado que cada vez que he respondido con enojo, no sólo agravé la situación, sino que también herí mi corazón y dañé mis relaciones.
La Biblia nos recuerda esta poderosa verdad: "La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego". (Proverbios 15:1 NVI)
Piensa en esto por un instante: Responder con amabilidad no es un signo de debilidad. Al contrario, es una muestra de madurez espiritual y autocontrol. Es elegir el amor por encima de tener la razón.
Jesús nos dio el mejor ejemplo. Frente a las acusaciones y el rechazo, Él respondió con compasión y verdad. Su mansedumbre no sólo calmó el enojo de muchos, sino que transformó corazones.
Amigo/a, la próxima vez que enfrentes una conversación difícil, haz una pausa. Ora y pide al Espíritu Santo que te ayude a responder con amor. Desarrollar este hábito en tu vida puede ser el primer paso para sanar, restaurar y construir relaciones fuertes.
¡Eres una bendición de Dios!

