• ES
    • AR Arabic
    • CS Czech
    • DE German
    • EN English
    • ES Spanish
    • FA Farsi
    • FR French
    • HI Hindi
    • HI English (India)
    • HU Hungarian
    • HY Armenian
    • ID Bahasa
    • IT Italian
    • JA Japanese
    • KO Korean
    • MG Malagasy
    • MM Burmese
    • NL Dutch
    • NL Flemish
    • NO Norwegian
    • PT Portuguese
    • RO Romanian
    • RU Russian
    • SV Swedish
    • TA Tamil
    • TH Thai
    • TL Tagalog
    • TL Taglish
    • TR Turkish
    • UK Ukrainian
    • UR Urdu
Fecha de publicación 18 de nov. de 2025

⌚ No dejes que lo urgente te robe lo eterno

Fecha de publicación 18 de nov. de 2025

¿Alguna vez has pensado en cuáles son tus verdaderas prioridades? La mayoría de las personas vive sin hacerlo, dejándose guiar por lo que desean en el momento. Pero esa forma de vida suele llevarnos a terminar con remordimientos… por todo lo que pudimos haber hecho y no hicimos.

Recuerdo una ocasión en que me detuve a comprar fruta en un carrito. Mientras el hombre que la preparaba me atendía, sentí claramente que Dios me decía que le compartiera el evangelio.

Pero, para mi vergüenza, mi mente empezó a darme excusas: no tengo tiempo, voy tarde, hay otras cosas más urgentes. Así que compré mi fruta y seguí mi día.

Más tarde, al recordar ese momento, sentí un profundo arrepentimiento. Me di cuenta de que quizás ese hombre podría haber recibido salvación ese mismo día… pero yo no obedecí. No hice lo que era necesario.

Por eso me desafía tanto leer la Palabra y ver cómo Jesús vivió con tanta claridad sobre lo que era necesario hacer. En una ocasión, después de haber pasado todo un día predicando, sanando y liberando personas, los discípulos lo buscaron por todos lados. Finalmente, lo encontraron a solas, orando.

Le dijeron: “Todos te están buscando, hay una multitud esperándote.” Pero Jesús respondió con serenidad: “Es necesario que también a otras ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios, porque para esto he sido enviado.” (Lucas 4:43, RVR1960)

Jesús no se movía por la presión de las multitudes, sino por la dirección del Padre. Sabía distinguir entre lo necesario y lo superficial. Jesús vivía con una claridad que pocos tenemos: no hacía lo que era popular ni lo que otros esperaban de Él, sino lo que el Padre le había encomendado. Su vida no estaba dirigida por la prisa, sino por el propósito.

Y mientras leo sus palabras, me doy cuenta de cuánto necesito esa misma dirección divina. Porque, si no tengo claro lo que Dios me ha pedido hacer, terminaré corriendo detrás de lo que el mundo me impone.

Quizá hoy, como yo aquel día frente al carrito de fruta, te encuentres en medio de muchas ocupaciones. Pero antes de seguir con tu día, detente y pregúntate: ¿estoy haciendo lo que es necesario o simplemente lo que es urgente?

Jesús sabía cuándo decir “no” para poder cumplir el “sí” más importante: la voluntad del Padre. Y eso también es lo que tú y yo estamos llamados a hacer. Por eso, mi desafío para ti, Amigo/a, es que no dejes que lo urgente te robe lo eterno.

No lo olvides nunca: ¡Eres un Milagro!

Eleazar Diaz
Author

Pastor principal de una iglesia y director de un programa de discipulado y misiones en Guadalajara, México. Mi pasión es que cada persona pueda tener una relación intima y apasionada con Dios.