Amigo/a, 🌪 No dejes que las tormentas te engañen
Intro · Bienvenida · Milagro · Reflexión · Oración · Alabanza
Dice la Biblia que Jesús se había apartado para orar, pero que los discípulos se vieron atrapados en una tormenta nocturna, mientras trataban de atravesar el mar en barca para llegar a la otra orilla, como les había dicho Jesús (Mateo 14:22–24)
Ya otras tormentas en el pasado habían tratado de aniquilarles, cuando Jesús estaba con ellos en la barca, y Su voz fue suficiente para reprender los vientos y deshacer esos planes de las tinieblas (Mateo 8:23–27). Sin embargo, esta vez los discípulos estaban solos en medio de esa amenaza.
Tras orar, Jesús sabía que tenía que ir hacia ellos. Y es ahí donde no dudó en hacer algo que nunca nadie había hecho antes: caminar sobre el agua.
¡Es tan impresionante ver cómo Jesús fue capaz de ir en el poder del Espíritu Santo y romper las leyes de este mundo! Piénsalo por un momento: él caminó deliveradamente sobre una superficie voluble como si fuese una superficie firme.
Pero si esto es ya de por sí increíble, es casi más impresionante ver cómo Pedro fue también capaz de caminar sobre las aguas en Su Nombre.
La Biblia dice que, en medio de la confusión que sentían los discípulos por la tormenta y por ver a Jesús acercarse, Pedro gritó a Jesús: “Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven” (Mateo 14:28–29).
Una sola palabra de Jesús fue suficiente para darle a Pedro la fe necesaria como para salir fuera de la barca. Y mientras sus ojos estuvieron puestos en Jesús, caminó por el agua firmemente. Es solo cuando empezó a dudar al ver el poder de la tormenta, que comenzó a hundirse.
Sin embargo, ¡alguien más fuerte que la tormenta se encontraba ahí! Cuando ponemos nuestros ojos en el lugar equivocado, nuestra vida empieza a hacer aguas.
Amigo/a, ¡no dejes nunca que las tormentas de este mundo te engañen, ni que te distraigan de poner tu mirada en Aquél que ya las ha vencido!
Jesús es Aquél que rompe las leyes de este mundo, y nos da a ti y a mí ese mismo poder en Su Nombre para experimentar milagros y ver cosas impresionantes ocurrir a nuestro alrededor.
No dejes que esa tormenta que se quiere levantar contra ti te quite la fe, sino al contrario: camina hoy con firmeza sobre ella, “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe” (Hebreos 12:2)