Amigo/a, 🪟 ¡no cierres las ventanas de los Cielos!
Cuando caminamos en esta nueva realidad de experimentar los Cielos Abiertos sobre nuestra vida, empezamos a vivir cosas preciosas, y vemos también milagros de una manera más constante en todas las áreas de nuestra vida.
Esto puede ser en nuestra salud, en situaciones relacionadas con el trabajo, en nuestras relaciones… ¡y hasta en nuestras finanzas! De hecho, mira lo que el Señor le dice a Su pueblo en este pasaje de la Biblia: "Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde" (Malaquías 3:10)
Sí, Dios es el que abre las ventanas de los Cielos sobre nuestras vidas en todas las áreas, incluidas nuestras finanzas. De hecho, he podido experimentar esta realidad varias veces en mi vida.
Recuerdo que, hace muchos años, pasé por una situación económica complicada. Siempre me ha gustado ser generoso, y ofrendar, pero en esa etapa de mi vida me sentía tan bloqueado económicamente que dejé de hacerlo durante unos meses. Pensaba que de esta manera,ayudaría a mi economía, y que así podría volver a estar cuanto antes en una buena posición que me permitiese seguir ofrendando.
Sin embargo, no sentía paz en mi corazón. Tras varias semanas pensando y orando, realmente sentí que Dios me decía que tenía que seguir dando las ofrendas que daba antes. ¡Realmente quería hacerlo, pero tenía miedo de que nos faltase! Sin embargo, tomé una decisión por medio de la fe de no hacer números, sino sencillamente ser obediente y dar lo que Dios estaba poniendo en mi corazón.
La primera cosa que experimenté al hacerlo fue ¡un gozo tan profundo! ¡Sentí tanta paz y tanta alegría! Había escogido obedecer a Dios antes que a mis números o a mis miedos, y, además, ¡podía contribuir a la extensión de Su Reino! Ese día tomé la decisión que, pasase lo que pasase, iba a siempre dar mis diezmos y ofrendas a Dios, como un acto de fe y de amor a Él.
El resultado divino de esta historia es que, en vez de ir a menos, ¡empecé a experimentar un crecimiento económico! Nuevas puertas se abrieron, nuevas ideas surgieron en mi mente, y al final, pude experimentar esas “ventanas abiertas de los cielos” de la que habla el pasaje de hoy. ¡Fue tan especial!
Por supuesto, no ofrendé para obtener esas bendiciones, ni por egoísmo: lo hice porque realmente quería obedecer a Dios más allá de mis miedos, y porque quería ser extra generoso a la hora de bendecir y expandir Su Reino. ¡Pero es tan precioso ver cómo las promesas de Dios se cumplen!
Amigo/a, ¡no tengas miedo de ofrendar ni de ser generoso! Las matemáticas de Dios son diferentes a las nuestras, y Él quiere bendecirte hasta que sobreabunde. Da pasos de fe en este día, y deja que Dios te sorprenda =) ¡Oro por ti!