📚 No busques respuestas…
No me dejarás mentir cuando digo que una de las cosas que más hacemos cuando estamos pasando por tiempos de depresión o momentos difíciles es preguntarle a Dios: ¿Por qué? Ya sea que la pregunta sea "¿Por qué a mí?", "¿Por qué tenía que pasar esto?" o "¿Por qué lo permitiste?". Aunque la segunda parte de la pregunta cambie, casi siempre la primera parte es "¿Por qué?".
Y quizás has escuchado la famosa frase: “No le preguntes a Dios ¿Por qué? Mejor pregúntale ¿para qué?” Sin embargo, la realidad es que el libro de Job nos presenta un mensaje ¡completamente diferente!
Si bien, como mencionamos en estos días, el libro de Job tiene numerosos capítulos que tratan sobre Job haciendo una gran cantidad de preguntas, el final nos revela lo que realmente es importante. Como te contaba ayer, cuando Dios finalmente le habla a Job, no responde ni una sola de sus preguntas. Y podría parecer peor aún, le reprende por desafiarlo.
Sin embargo, por sorprendente que pueda ser la respuesta de Dios, la forma en que Job reacciona a esta respuesta es ¡aún más sorprendente! Mira conmigo lo que Job dice en el último capítulo: “Hasta ahora solo había oído de ti, pero ahora te he visto con mis propios ojos.” (Job 42:5)
Mira la hermosura de la respuesta de Job, porque de repente, a Job ya no le importa tener respuestas a ninguna de sus preguntas. Ya no le importa lo que ha pasado, ni su dolor, ni su situación. Porque delante de él hay alguien que es mucho más grande y hermoso de lo que pudo haberse imaginado.
Su anhelo más profundo se ha vuelto realidad. Recuerda lo que Job había dicho en el capítulo 19: “Yo mismo lo veré con mis propios ojos; yo lo veré, no otro. ¡Este anhelo me consume!”. Este anhelo se ha cumplido y nada más importa.
Amigo/a, la clave más importante para enfrentar la depresión es esta, no busques respuestas, busca la intimidad con Dios. Es como esa hermosa estrofa de aquel himno antiguo que dice:
Fija tus ojos en CristoTan lleno de gracia y amorY lo terrenal sin valor seráA la luz del glorioso Jesús
Lo mejor que me pudo haber pasado como consecuencia de mi tiempo de depresión es la relación que construí con Dios. Desde ese tiempo y hasta ahora, nunca más he vuelto a luchar por tener tiempo con Dios cada día; se ha convertido en una necesidad. Por eso, estoy profundamente agradecido por ese tiempo.
Por eso la invitación para ti hoy es, no busques respuestas, busca la intimidad con Dios y mi oración por ti es que el día de mañana sea tu quien dice “Hasta ahora solo había oído de ti, pero ahora te he visto con mis propios ojos.”
Oro por un milagro para ti.